Puebla registra una caída del 11% en hábitos de lectura en los últimos ocho años

Las revistas y los periódicos son los materiales más afectados, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

El hábito de lectura en Puebla tuvo una disminución de hasta el 11.2 por ciento en los últimos ocho años, siendo las revistas y los periódicos los materiales más afectados, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

De acuerdo con el Módulo de Lectura (Molec) del Inegi, el 69.6 por ciento de la población alfabeta y lectora en la entidad poblana leyó un libro, revista, periódico, historieta o página de internet en el último año.

Esta cifra representa un retroceso en comparación con el 80.8 por ciento de las y los poblanos que reportaron haber leído algún tipo de material en 2016.

A pesar de que la cifra reportada este año muestra un avance de 1.1 por ciento, Puebla no ha logrado recuperar los niveles de lectura registrados hace casi una década, lo que muestra que los hábitos de lectura se han estancado.

La misma tendencia se observa a nivel nacional, donde se reportó una caída en el hábito de la lectura de hasta el 14.6 por ciento en la última década, lo que evidencia que el problema no es aislado, sino un fenómeno que afecta a todo el país.

De acuerdo con el Inegi, los libros se mantienen como el material de lectura predilecto, con un 41.8 por ciento de preferencias, seguidos de las páginas de internet, foros y blogs, que alcanzan 39.4 por ciento.

En contraste, el uso de las revistas y los periódicos ha disminuido drásticamente, ya que sólo el 21.7 por ciento de la población lee revistas y apenas 17.8 por ciento consulta periódicos.

En cuanto a las razones para leer, el entretenimiento encabeza las motivaciones con 41.4 por ciento de las respuestas, mientras que las actividades laborales o escolares representan 23.4 por ciento y la cultura general 23.2 por ciento.

La población no lectora reportó una notable falta de estímulos para la lectura durante la infancia, pues la mayoría afirmó que sus padres o tutores no los llevaban a bibliotecas o librerías, no les leían y tampoco mostraban interés por los libros, lo que generó un desapego hacia esta actividad.

Foto: Redes

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