Bases militares en Indiana y Nueva Jersey podrían convertirse en centros de detención migratoria

La medida ha sido criticada por demócratas y defensores de derechos civiles, quienes alertan sobre el peligro de militarizar la represión migratoria

La administración del presidente Donald Trump ha dado un nuevo giro a su política migratoria al considerar la utilización de bases militares como centros de detención para inmigrantes indocumentados. Según informó el secretario de Defensa, Pete Hegseth, a legisladores de Indiana y Nueva Jersey, las instalaciones de Camp Atterbury y la Base Conjunta McGuire-Dix-Lakehurst podrían comenzar a albergar a miles de personas detenidas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), sin que ello —según él— afecte la preparación militar de las fuerzas armadas.

El anuncio se enmarca en una intensificación de las medidas migratorias impulsadas por Trump, quien ha priorizado la detención masiva, incluso de personas sin antecedentes penales, lo que ha llevado a una saturación del sistema actual. Actualmente existen unas 60.000 camas disponibles para detenidos migratorios, pero el objetivo declarado por la Casa Blanca es ampliar esa capacidad a 100.000.

“Estamos buscando cualquier espacio disponible que cumpla con los estándares de detención a los que estamos acostumbrados”, declaró Tom Homan, el llamado «zar fronterizo» de Trump, a las afueras de la Casa Blanca. “Cuanto más rápido obtengamos las camas, más personas podemos sacar de las calles”.

La medida ha sido duramente cuestionada por legisladores demócratas y organizaciones de derechos civiles, que advierten sobre los riesgos de normalizar el uso del aparato militar en la represión migratoria.

“Usar el ejército de nuestro país para detener y aprisionar a inmigrantes indocumentados pone en peligro la preparación militar y allana el camino para redadas del ICE en cada comunidad de Nueva Jersey”, denunció en un comunicado la delegación demócrata de ese estado.

En Indiana, el representante Andre Carson expresó preocupación por las condiciones en que serían detenidas las personas y acusó al gobierno federal de evadir respuestas claras. “Que el ICE haya detenido a tantas personas que ahora necesiten expandir el espacio de detención en Indiana es inquietante”, advirtió.

Desde la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU), el director ejecutivo en Nueva Jersey, Amol Sinha, calificó la propuesta como un precedente “peligroso y contrario a los valores consagrados en nuestra Constitución”.

Aunque tanto Camp Atterbury como McGuire-Dix-Lakehurst han sido utilizadas anteriormente para acoger temporalmente a refugiados afganos y ucranianos, la función de convertirlas en centros de detención para migrantes representa un cambio significativo de enfoque y escala.

Esta no es la primera vez que una administración recurre a bases militares para asuntos migratorios. En 2014, el expresidente Barack Obama usó instalaciones del Pentágono para detener a niños migrantes. Sin embargo, la escala y la intencionalidad actuales marcan una nueva etapa: una infraestructura militar al servicio de una política de detención sin precedentes, con fuerte carga ideológica y repercusiones legales por definir.

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Foto: X

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