Gobierno de Trump busca deportar a Kilmar Ábrego a Esuatini, pese a batalla legal en EE.UU.

Ábrego enfrenta cargos de tráfico de personas, que según sus abogados, son parte de una estrategia para facilitar su deportación

El Gobierno del presidente Donald Trump intenta deportar al salvadoreño Kilmar Ábrego García a Esuatini, un pequeño país del sur de África, en un caso que se ha convertido en un símbolo de los límites de las estrictas políticas migratorias de la actual administración.

Ábrego, quien lleva más de una década viviendo en Maryland junto a su esposa y sus tres hijos, fue detenido esta semana tras acudir a una cita rutinaria en oficinas migratorias de Baltimore. Según una carta enviada por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a sus abogados, el salvadoreño será expulsado a Esuatini después de manifestar su temor a ser enviado a Uganda, destino que originalmente había fijado el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

“El señor Ábrego ha afirmado temer persecución o tortura en al menos 22 países diferentes”, señaló ICE en la misiva, replicada por varios medios estadounidenses. “No obstante, por la presente le notificamos que su nuevo país de expulsión es Esuatini”.

El portavoz del gobierno de Esuatini dijo que no han recibido comunicación oficial sobre el traslado del migrante.

El caso de Ábrego ha atravesado episodios irregulares. En marzo, pese a contar con una protección judicial que le impedía ser deportado a El Salvador, fue enviado a ese país por lo que el propio gobierno estadounidense calificó como un “error administrativo”. Allí permaneció varios meses recluido en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), hasta que un tribunal ordenó su retorno a Estados Unidos en junio.

Desde entonces, enfrenta cargos de tráfico de personas relacionados con un incidente vial ocurrido en Tennessee en 2022, acusaciones que sus abogados consideran parte de una estrategia para facilitar su deportación.

Disputa por el asilo

La defensa de Ábrego, encabezada por Simon Sandoval Mosenberg, solicitó la reapertura de su caso de asilo, cerrado en 2019 por haberse presentado fuera del plazo legal. Aun así, aquel tribunal determinó que su temor a ser devuelto a El Salvador era creíble y prohibió su deportación a ese país.

El abogado insiste en que ahora, tras la deportación y reingreso forzado de su cliente, Ábrego es nuevamente elegible para el asilo: “Si al señor Ábrego se le concede un juicio justo en el tribunal de inmigración, no hay manera de que no prevalezca en su reclamo”, afirmó en un comunicado.

La Casa Blanca, en contraste, sostiene que Ábrego representa un riesgo por supuestos vínculos con pandillas salvadoreñas y mantiene como prioridad su expulsión definitiva.

Mientras tanto, el futuro del migrante depende de las próximas resoluciones judiciales y de si Esuatini acepta recibirlo, en medio de un proceso que ha expuesto las tensiones entre las políticas de mano dura de Trump y los límites legales de protección a migrantes en riesgo.

También puedes leer: Kilmar Ábrego lucha contra su posible deportación a Uganda y solicita asilo en EE.UU.

Fotos: X

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