Tropas israelíes lanzaron este lunes su primera incursión terrestre en Deir al-Balah, una ciudad del centro de Gaza que, hasta ahora, se había mantenido al margen de las devastadoras operaciones militares en los 21 meses de guerra. La ofensiva marca un nuevo intento de Israel por dividir territorialmente la Franja y aumentar la presión sobre Hamás para liberar a los 50 rehenes restantes.
Israel justificó la maniobra como parte de su estrategia para “doblegar” a Hamás, pero el Foro de Rehenes y Familias Desaparecidas expresó su “conmoción y alarma” ante el riesgo que esto representa para los cautivos, advirtiendo que el pueblo israelí “no perdonará a quienes los hayan puesto en peligro”.
La operación comenzó con órdenes de evacuación lanzadas en panfletos al amanecer, seguidas por la entrada de tanques y bulldozers que arrasaron estructuras mientras avanzaban. Reporteros de AP registraron explosiones y columnas de humo desde las zonas afectadas. El ejército israelí confirmó que es la primera operación terrestre en esta ciudad, y aunque aseguró coordinación con organizaciones humanitarias, dos instalaciones de la ONU resultaron dañadas.
La incursión se produce en medio de nuevas denuncias por ataques a civiles. El Programa Mundial de Alimentos (PMA), en una inusual condena pública, acusó a fuerzas israelíes de disparar contra una multitud que esperaba ayuda en el norte de Gaza. Testigos reportaron más de 80 muertos, mientras que el PMA habló de “innumerables vidas perdidas”.
El ejército israelí sostuvo que realizó “disparos de advertencia para eliminar una amenaza inmediata”, pero no comentó sobre la denuncia del PMA. Cientos de palestinos han muerto en semanas recientes mientras intentaban acceder a alimentos.
Según la ONU, el 87.8% del territorio de Gaza está ahora bajo órdenes de evacuación o dentro de zonas militares israelíes. Más de 2,1 millones de personas están confinadas en un 12% del territorio, donde los servicios básicos han colapsado y la ayuda es escasa.
Deir al-Balah, hasta ahora un refugio para desplazados, estaba en el punto de mira por ser una de las pocas áreas aún habitables. Su ocupación fragmenta aún más la Franja y complica los esfuerzos internacionales por negociar un alto el fuego.

Reacciones internacionales y nuevas víctimas
Un grupo de 25 países occidentales, entre ellos Reino Unido y Francia, pidió el fin inmediato de la guerra, criticando duramente las restricciones israelíes a la ayuda humanitaria y exigiendo la liberación de los rehenes.
Mientras tanto, el Ministerio de Salud de Gaza informó que al menos 59 mil personas han muerto desde el inicio de la guerra. Aunque no distingue entre civiles y combatientes, asegura que más de la mitad son mujeres y niños.
En una acción separada, el ejército israelí detuvo al portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, el doctor Marwan al-Hams, cerca de un hospital de la Cruz Roja. Un periodista que lo acompañaba murió durante la operación. La Cruz Roja expresó “profunda preocupación” por la seguridad de su personal.
La guerra continúa extendiéndose más allá de Gaza. Este lunes, Israel atacó nuevamente el puerto de Hodeida en Yemen, controlado por los rebeldes hutíes, tras nuevos lanzamientos de misiles y drones contra territorio israelí. “Los hutíes pagarán un alto precio”, declaró el ministro de Defensa, Israel Katz.
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