El Ejército de Israel dejó al menos 98 palestinos muertos y más de 400 heridos en sus ataques del domingo sobre la ciudad de Gaza, según informó este lunes el Ministerio de Sanidad local. Con estas cifras, el número total de fallecidos desde el inicio de la ofensiva en octubre de 2023 supera ya las 63.550 personas.
Los bombardeos, que incluyeron artillería pesada, cazas y drones, se concentraron en el barrio de Zeitún, donde tropas israelíes utilizaron incluso robots para detonar viviendas. La operación también rodeó la zona de Al Musallaba y la mezquita Ali, mientras que un ataque aéreo contra un apartamento en el este de la ciudad provocó la muerte de al menos ocho palestinos.
En la ciudad sureña de Jan Yunis, el Hospital Naser reportó la llegada de 25 cuerpos sin vida, mientras que otros 38 palestinos murieron cuando aguardaban por alimentos, de acuerdo con la agencia oficial palestina Wafa.
Muertes por hambre: una crisis que se agrava
Además de los bombardeos, la hambruna declarada en Gaza sigue cobrando vidas. Solo el domingo fallecieron nueve personas, entre ellas tres niños, por desnutrición y falta de acceso a alimentos y medicinas, lo que eleva a 348 los muertos por hambre desde el inicio de la guerra, incluidos 127 menores.
La Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) advirtió el pasado 22 de agosto que Gaza atraviesa oficialmente un escenario de hambruna. Su más reciente informe calcula que 1,6 millones de gazatíes sufren hambre, de los cuales más de medio millón enfrentan condiciones “críticas” de privación alimentaria.
Un millón de desplazados bajo fuego
Israel mantiene su objetivo de expulsar a un millón de palestinos de la ciudad de Gaza, pese a las crecientes denuncias internacionales sobre posibles crímenes de guerra. Las ofensivas armadas, combinadas con el bloqueo al ingreso de ayuda humanitaria, han creado una doble crisis: la devastación por bombardeos y la mortalidad masiva por hambre y enfermedades derivadas de la falta de suministros.
Con la cifra de víctimas aumentando a diario y la población atrapada entre ataques militares y escasez extrema, la situación en Gaza se perfila como una de las emergencias humanitarias más graves del siglo XXI.
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