México reafirmó este miércoles, ante el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), su compromiso “inquebrantable” con el derecho de asilo diplomático y defendió la plena vigencia de la Convención de Caracas de 1954, frente a la propuesta de reforma impulsada por el gobierno de Perú.
Durante una sesión extraordinaria convocada por Lima para “tratar la cuestión del asilo diplomático”, la embajadora mexicana ante la OEA, Luz Elena Baños, sostuvo que el organismo hemisférico carece de facultades para revisar o modificar un tratado internacional, además de advertir que la iniciativa peruana responde a un caso particular y no a un interés jurídico regional.
Baños enfatizó que la sesión no era el espacio adecuado para evaluar ni reinterpretar la Convención de 1954, conocida como Convención de Caracas. Recordó que el derecho de asilo es un pilar del derecho internacional y que su vigencia no puede ponerse en duda por desacuerdos coyunturales.
“El derecho internacional no puede ajustarse cada vez que un Estado no está de acuerdo con su aplicación en un caso específico. La vigencia del derecho no puede invocarse cuando las circunstancias son favorables y cuestionarse cuando son adversas”, afirmó.
La diplomática también alertó que permitir interpretaciones selectivas debilita la arquitectura que ha sostenido las relaciones entre Estados durante casi un siglo, además de poner en riesgo la protección de personas perseguidas políticamente.
Caso Betssy Chávez, el trasfondo
México señaló que la propuesta peruana surge después de que el gobierno mexicano otorgó asilo a Betssy Chávez, ex primera ministra de Perú, refugiada en la Embajada de México en Lima desde junio y a la espera del salvoconducto que el gobierno de Dina Boluarte no ha emitido.
Baños acusó directamente a Perú de incumplir sus obligaciones bajo la Convención de Caracas al negarse a entregar dicho salvoconducto, lo que constituye una vulneración al derecho internacional.
Asimismo, advirtió que la iniciativa peruana pretende utilizar la OEA como foro para dirimir un caso particular, lo cual contraviene la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
México también cuestionó la legitimidad del debate al incluir a Estados que no son parte del tratado, como Estados Unidos, mientras excluye a otros que sí lo son, como Venezuela, pero que no forman parte de la OEA.
Baños concluyó su intervención exigiendo respeto a la inviolabilidad de los locales diplomáticos, advirtiendo que relativizar normas básicas del derecho internacional pone en riesgo la estabilidad del sistema interamericano.
México reiteró que seguirá defendiendo la Convención de Caracas y el derecho de asilo como parte de su política exterior histórica y como compromiso con la dignidad humana.

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