Una investigación conjunta de la Universidad de Harvard y la organización Physicians For Human Rights (PHR) denunció que los centros de detención migratoria en Estados Unidos han incrementado el uso del confinamiento solitario, práctica que, según las Naciones Unidas, puede constituir tortura psicológica cuando se prolonga más de 15 días.
El estudio, basado en datos del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), reveló que entre abril de 2024 y agosto de 2025 cerca de 14,000 personas fueron sometidas a aislamiento en distintos centros del país. Los investigadores subrayaron que, aunque estas instalaciones no son prisiones, el trato recibido por los migrantes es “sustancialmente similar al de un castigo carcelario extremo”.
Entre los recintos con más casos figura el Centro de Procesamiento de Moshannon Valley, en Pensilvania, con 1,905 migrantes afectados; seguido por el de Montgomery, Texas, con 1,075; y los de Buffalo, Nueva York y Pearsall, Texas, con 642 y 488 casos, respectivamente.
El informe recordó que, en 2021, la duración promedio del aislamiento era de 14 días y que las propias normas del ICE establecen que su uso debe ser un “último recurso”. No obstante, las cifras actuales evidencian lo que los autores describen como “un patrón sistemático de abuso”.

“Se está torturando a personas simplemente porque buscan una vida mejor en Estados Unidos”, denunció Sam Zarifi, director ejecutivo de PHR, quien advirtió que el confinamiento solitario “no solo constituye un trato inhumano, sino que viola las leyes nacionales e internacionales”.
Frente a las críticas, algunos centros, como el de Massachusetts, aseguraron haber sustituido el aislamiento por “segregación administrativa”, un procedimiento que —afirman— incluye atención médica y supervisión psicológica diaria. Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos humanos sostienen que este cambio es únicamente un “eufemismo” para encubrir la misma práctica.
El estudio recomienda que gobiernos locales y estatales restrinjan el uso del confinamiento solitario, realicen inspecciones sin previo aviso y garanticen que las personas detenidas tengan acceso a abogados, intérpretes y derechos procesales básicos.
El informe concluye con una advertencia contundente: “Los centros de detención migratoria de Estados Unidos están torturando sistemáticamente a personas que no han cometido delitos, sino que buscan asilo o refugio”.
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