25 DE JUNIO DE 2025. El pasado 8 de junio, una mujer empleada en un taller mecánico en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos, se encontraba realizando sus labores de rutina, cuando un quincuagenario de complexión robusta, caracterizado con un chaleco táctico con la leyenda “Security Enforcement Agent” (Agente de Seguridad), en portación visible de una réplica fiel de una pistola, se aproximó a ella y se identificó mediante una placa falsa. Utilizando técnicas intimidatorias y la ventaja de fuerza muscular, el hombre ató a la mujer y después sustrajo mil dólares en efectivo y mercancía, tras lo que huyó en una furgoneta blanca antes de ser finalmente capturado gracias a la vigilancia policial y el rastreo de matrículas.
Actualmente, el hombre, llamado Robert Rosado, de 54 años, enfrenta en un proceso judicial complejo una batería de cargos preparada por el fiscal de Filadelfia que incluyen robo, amenazas terroristas, y suplantación de autoridad.
El turbulento caso ha puesto en el centro de la discusión pública la proliferación de individuos que, durante la segunda administración Trump, han usurpado las funciones de agentes de ICE (U.S. Immigration and Customs Enforcement) para cometer delitos graves.
OFENSORES PULULAN EN AMBIENTE DE TERROR
Este caso no es aislado. Durante el auge de las políticas migratorias restrictivas impulsadas por Donald Trump, se han documentado múltiples incidentes en los que ciudadanos estadounidenses han fingido ser agentes de ICE para intimidar, extorsionar o cometer otros delitos contra comunidades vulnerables.
Por ejemplo, en 2025, dos estudiantes de la Universidad de Temple fueron suspendidos tras presentarse como agentes de ICE en un campus universitario e intentar ingresar por la fuerza al área de dormitorios . En Carolina del Norte, Carroll Bennet, un hombre de 37 años, fue arrestado por suplantar a un agente de ICE al ingresar por la fuerza a la habitación de motel donde se hospedaba una mujer, a la que amenazó con deportar a menos que tuviera contacto sexual con él. En Utah, ICE arrestó a Rony Hernandez-Morales, quien vestía camiseta y placa falsa, y tenía antecedentes de deportación.
Entre estos ofensores hay representación racial diversa: caucásicos, latinos y afroamericanos participan de esta variante criminal del cosplay.
Uno de los factores que facilita estas suplantaciones es el código informal de vestimenta de los verdaderos agentes de ICE. A menudo, los agentes operan en ropa civil, con chalecos, camisetas o gorras con insignias, pero sin uniforme oficial. Aunque la ley federal exige que los agentes se identifiquen claramente al realizar un arresto, la realidad es que la identificación suele ser ambigua, especialmente cuando se emplean máscaras o cubrebocas, lo que genera confusión y vulnerabilidad entre la población. Senadores estadounidenses han advertido que la falta de identificación visible y el uso de máscaras por parte de agentes reales contribuyen a un ambiente de miedo y a la posibilidad de que civiles sean engañados por impostores.
BÚSQUEDA DE PODER, RESENTIMIENTO SOCIAL Y PERCEPCIÓN DE IMPUNIDAD: PAQUETE BÁSICO DEL IMITADOR DE ICE
Diversos informes de organizaciones civiles y analistas han señalado que la magnitud del fenómeno es preocupante. La American Civil Liberties Union (ACLU) y Human Rights Watch (HRW) han advertido que la ambigüedad en la identificación de agentes y la proliferación de imitadores afectan la gobernabilidad, dificultan la rendición de cuentas y perpetúan desigualdades raciales, ya que los principales blancos suelen ser inmigrantes y minorías. Además, los imitadores suelen compartir rasgos psicológicos como la búsqueda de poder, resentimiento social y la percepción de impunidad, aprovechando el clima de temor y desconfianza generado por las políticas migratorias agresivas.
En conclusión, la ola de imitadores de ICE durante la administración Trump no solo ha puesto en riesgo a comunidades vulnerables, sino que también ha expuesto fallas estructurales en la identificación y supervisión de los agentes federales, con profundas implicaciones para la justicia y la equidad en la vida pública de Estados Unidos.
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