Los cancilleres de Venezuela y Brasil, Yván Gil y Mauro Vieira, expresaron este miércoles su rechazo al despliegue de fuerzas militares de Estados Unidos en aguas del Caribe y a las crecientes presiones económicas de Washington sobre la región. En una conversación telefónica, ambos coincidieron en que estas acciones constituyen “agresiones” que deben ser detenidas de inmediato.
Gil denunció que el envío de buques de guerra, aeronaves y un submarino nuclear por parte de EE.UU. representa “una amenaza nunca antes vista” para América Latina y el Caribe, además de una “abierta violación” de la Zona de Paz proclamada por la CELAC en 2014 y del Tratado de Tlatelolco de 1967, que prohíbe la presencia de armas nucleares en la región. “Se trata de planes de agresión contra Venezuela y toda América Latina”, escribió el funcionario venezolano en redes sociales.
Por su parte, Vieira expuso la preocupación del Gobierno brasileño ante la ofensiva arancelaria de la administración de Donald Trump, que desde el 6 de agosto mantiene gravámenes del 50 % sobre decenas de productos de exportación. Según explicó, estas medidas son “una forma de agresión injustificada” aplicada con fines políticos, tras la decisión de la justicia brasileña de procesar al expresidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado.

Escalada de tensiones
El pasado 14 de agosto, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció el despliegue militar en el sur del Caribe bajo el argumento de combatir el narcotráfico. No obstante, datos de la ONU y de Washington reconocen que solo el 5 % de la droga que ingresa a Estados Unidos transita por aguas venezolanas.
La tensión aumentó después de que la fiscal general de EE.UU., Pam Bondi, duplicara a 50 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la captura de Nicolás Maduro, a quien Washington acusa —sin pruebas, según Caracas— de liderar una red internacional de narcotráfico.
En respuesta, el Gobierno venezolano denunció ante la ONU que el envío de un crucero lanzamisiles y un submarino nuclear de ataque rápido constituye “una grave amenaza a la paz y la seguridad regionales”.

Rechazo internacional
La operación militar estadounidense ha generado críticas de países como México, Colombia, Bolivia, Honduras, Cuba, Rusia, China, Bielorrusia e Irán, que advierten del riesgo de un nuevo frente bélico en Suramérica. Ante esta coyuntura, el presidente Nicolás Maduro convocó a una jornada de alistamiento de milicianos para reforzar la defensa territorial.
Brasil y Venezuela, mientras tanto, remarcaron la necesidad de “defender el espíritu de paz y cooperación en América Latina” y urgieron a que Washington cese de inmediato lo que consideran una peligrosa escalada de hostilidades.
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