En una firme respuesta a la solicitud de Estados Unidos de frenar sus compras de petróleo a Rusia e Irán, China aseguró que no modificará su política energética por presiones externas y ratificó que sus decisiones en materia de suministro estarán guiadas por sus propios intereses nacionales.
“China garantizará su suministro de energía fundamentándose en sus intereses nacionales; la coerción y la presión no lograrán nada. China defenderá firmemente su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores chino a través de su cuenta oficial en la red social X, en el marco de una ronda de negociaciones comerciales sostenida en Estocolmo.
La declaración se produjo tras la advertencia del Gobierno estadounidense de imponer aranceles de hasta el 100% sobre productos chinos, como parte de su estrategia para reducir las exportaciones energéticas de Rusia e Irán, dos países sancionados por Washington y principales proveedores de petróleo a la economía china.
Durante las reuniones bilaterales, Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, reconoció la postura inflexible de Pekín: “Los chinos son muy firmes en su soberanía respecto a la compra de petróleo a Rusia. No buscamos infringirla, pero ellos están dispuestos a pagar un arancel del 100 %”, señaló en entrevista con CNBC, donde también calificó a los negociadores chinos como “duros”, aunque optimistas. “Creo que tenemos las bases para un acuerdo”, afirmó.
No obstante, analistas expresan dudas sobre la viabilidad de la amenaza arancelaria. Gabriel Wildau, director ejecutivo de la consultora Teneo, advirtió que imponer aranceles del 100 % descarrilaría todo el progreso reciente y probablemente mataría cualquier posibilidad de un acuerdo comercial entre Xi Jinping y Donald Trump, quienes podrían reunirse en los próximos meses.

Dependencia energética de China
China se ha convertido en el principal destino del crudo iraní, importando entre el 80 % y 90 % de sus exportaciones, según datos de la Administración de Información Energética de EE.UU. Además, recibe más de un millón de barriles diarios, lo que representa una fuente clave para su matriz energética.
En cuanto a Rusia, medios occidentales han señalado que China y La India se han consolidado como los mayores compradores de su petróleo en los últimos tres años. Mientras Nueva Delhi ha mostrado disposición a suspender estas importaciones si EE.UU. impone sanciones, Pekín mantiene su compromiso con el abastecimiento energético sin ceder a presiones diplomáticas.
La firme postura china se da en un contexto de señales mixtas entre ambas potencias: aunque persisten las tensiones por el comercio y la geopolítica energética, las dos economías más grandes del mundo han mostrado apertura para avanzar en acuerdos que estabilicen la relación bilateral.
Sin embargo, la disputa por el petróleo ruso e iraní vuelve a poner a prueba los frágiles equilibrios que sostienen ese diálogo.
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