La Unión Europea (UE) respondió con firmeza a la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer un arancel del 30% a todos los productos procedentes del bloque comunitario. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, solicitó este sábado la apertura inmediata de negociaciones para evitar una escalada comercial y advirtió que, de no alcanzarse un acuerdo antes del 1 de agosto, la UE adoptará contramedidas proporcionales.
“Interrumpir las cadenas de suministro transatlánticas perjudicaría gravemente a empresas, consumidores y pacientes en ambas orillas del Atlántico”, alertó Von der Leyen en una declaración desde Bruselas. En un tono crítico pero diplomático, la funcionaria recordó que la Unión Europea sigue comprometida con el diálogo y con las reglas del comercio internacional, pero no dudará en defender sus intereses si Washington insiste en el camino del unilateralismo arancelario.
La UE mantiene en suspenso un primer paquete de represalias sobre productos estadounidenses valorados en 21.000 millones de euros, cuya entrada en vigor fue aplazada por 90 días en abril pasado para dar espacio a las negociaciones. Sin embargo, este congelamiento vencerá en la medianoche del lunes al martes, y podría activarse de inmediato si no hay avances.
Además, el Ejecutivo europeo tiene listo un segundo paquete de sanciones sobre importaciones de EE.UU. por un valor estimado de 100.000 millones de euros. Según fuentes comunitarias, estas medidas “pueden ponerse en marcha muy rápidamente” si así lo determina la reunión extraordinaria de ministros de Comercio de los Veintisiete, convocada para este lunes en Bruselas.
Von der Leyen enfatizó que “pocas economías en el mundo igualan el nivel de apertura y adhesión a prácticas comerciales justas de la Unión Europea”, y reiteró que Bruselas ha priorizado una solución negociada. No obstante, dejó claro que el bloque “tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar sus intereses”.
En su carta oficial, Trump justificó los nuevos aranceles como una medida “recíproca”, aunque desde la UE se rechaza esta etiqueta por considerar que las tarifas son desproporcionadas y violan las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Una ofensiva arancelaria que crece
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha reactivado su agenda proteccionista. En semanas recientes, impuso aranceles del 30% también sobre productos mexicanos y amenazó con ampliar gravámenes a otras economías que, según él, “se aprovechan” de Estados Unidos. En el caso europeo, los aranceles del 30% se suman a otras medidas anteriores: 50% sobre el acero y aluminio, 25% sobre vehículos y autopartes, y un 20% adicional sobre una gama amplia de productos.
Pese a los intentos por reactivar la cooperación transatlántica, las tensiones comerciales entre Washington y Bruselas parecen dirigirse hacia una nueva fase de confrontación, con consecuencias económicas aún difíciles de cuantificar.
La UE, por su parte, ha comenzado a intensificar vínculos comerciales con otros socios internacionales considerados “fiables”, mientras se prepara para una posible guerra comercial a gran escala si fracasan las negociaciones con Washington en las próximas semanas.
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