El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, lanzó una advertencia directa este martes a Brasil, China e India sobre las posibles consecuencias de mantener relaciones comerciales con Rusia, incluyendo la imposición de aranceles y sanciones secundarias si no hay avances en las negociaciones de paz con Ucrania.
Durante una conferencia de prensa celebrada junto a los senadores estadounidenses Thom Tillis (republicano) y Jeanne Shaheen (demócrata), Rutte reiteró el mensaje que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, transmitió el día anterior desde el Despacho Oval: si en un plazo de 50 días el gobierno de Vladímir Putin no accede a negociar la paz con seriedad, Washington impondrá medidas punitivas no solo contra Moscú, sino también contra quienes continúen comerciando con ella:
“Mi consejo para estos tres países en particular es que, si usted vive en Pekín o en Delhi, o si es el presidente de Brasil, quizá quiera echar un vistazo a esto, porque podría afectarle muy duramente”.
Los denominados “aranceles secundarios” —según detalló un funcionario de la Casa Blanca— incluirían un impuesto del 100 % a productos rusos y sanciones financieras a cualquier nación que adquiera petróleo de origen ruso, una medida que apunta directamente a los socios comerciales que han mantenido vínculos con Moscú desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022.
Rutte, quien recientemente asumió el liderazgo de la OTAN, instó a los gobiernos de Brasil, India y China a intervenir activamente ante el Kremlin:
“Díganle [a Putin] que tiene que tomarse en serio las negociaciones de paz, porque de lo contrario esto afectará masivamente a Brasil, a la India y a China”.
En paralelo, el mandatario estadounidense, Donald Trump, redobló la presión sobre Rusia al anunciar el envío de sistemas antimisiles Patriot a Ucrania. Aunque el financiamiento del armamento será asumido por aliados europeos, Trump dejó claro que su gobierno busca acelerar el respaldo militar a Kiev como una forma de forzar a Moscú a sentarse en la mesa de diálogo.
La advertencia de la OTAN representa un giro significativo en la estrategia diplomática y comercial hacia las llamadas potencias del Sur Global, que han evitado alinearse plenamente con Occidente en el conflicto ruso-ucraniano. Con una cuenta regresiva de 50 días ya en marcha, la presión sobre estos países para que se distancien de Rusia crece, en un escenario cada vez más tenso y condicionado por medidas económicas coercitivas.
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