El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este miércoles una orden ejecutiva que impone un arancel del 50% a las exportaciones brasileñas, argumentando que las políticas del gobierno de Brasil y el proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro constituyen una amenaza para la economía y la seguridad nacional estadounidense.
La medida se ampara en la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 (IEEPA), bajo la cual la Casa Blanca declaró una “emergencia nacional” para justificar los nuevos aranceles. De acuerdo con el documento oficial, la acción responde a «prácticas recientes del Gobierno de Brasil que amenazan de forma inusual y extraordinaria a Estados Unidos».
El nuevo arancel, que representa un incremento adicional del 40% sobre tarifas previas, entrará en vigor dentro de siete días. Sin embargo, la Casa Blanca aclaró que ciertos productos quedarán exentos, entre ellos el jugo de naranja, el mineral de hierro, el acero, los combustibles y productos aeronáuticos civiles. Aún no hay definición sobre la inclusión de carne, café y frutas en la lista de excepción.
Defensa de Bolsonaro y sanciones al juez Alexandre de Moraes
En un giro inusual en la política exterior estadounidense, Trump usó la orden para lanzar una dura crítica al sistema judicial brasileño, al que acusa de perseguir políticamente a Jair Bolsonaro. El exmandatario brasileño enfrenta cargos por presuntamente intentar revertir su derrota electoral de 2022 ante Luiz Inácio Lula da Silva.
“El juicio contra Bolsonaro constituye persecución política y graves abusos contra los derechos humanos”, se lee en el documento. Trump, quien también fue procesado por sus propios intentos de revertir los resultados electorales de 2020, ha manifestado simpatía por el expresidente brasileño en reiteradas ocasiones.
Además de los aranceles, el gobierno de Trump anunció sanciones contra el juez Alexandre de Moraes, miembro del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil y encargado del juicio contra Bolsonaro. El Departamento del Tesoro lo acusa de reprimir la libertad de expresión, coaccionar empresas estadounidenses como X y Rumble, y promover investigaciones contra ciudadanos estadounidenses críticos del gobierno brasileño.
Las sanciones incluyen el congelamiento de activos bajo jurisdicción estadounidense y la revocación de su visa, medida que se suma a las restricciones impuestas por el Departamento de Estado el pasado 18 de julio a varios funcionarios judiciales brasileños.
Tensiones bilaterales en aumento
El anuncio ocurre en un contexto de creciente tensión entre las administraciones de Trump y Lula. Aunque Brasil registró un superávit comercial favorable para Estados Unidos de 6,800 millones de dólares el año pasado, el mandatario estadounidense sostuvo que las condiciones actuales afectan directamente a empresas y ciudadanos norteamericanos.
Desde Brasilia, aún no ha habido una reacción oficial, pero se anticipa que el gobierno de Lula podría responder ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) o tomar medidas recíprocas.
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