1 DE JULIO DE 2025. Este martes, las acciones de la compañía de vehículos eléctricos Tesla Motors se desplomaron 5%, equivalente a 50 mil millones de dólares, tras la escalada de una notable controversia entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el influyente empresario Elon Musk, marcando un cruce de acusaciones que ha captado la atención pública y los círculos políticos.
La disputa se originó a raíz de las críticas de Musk hacia el recién aprobado «One Big Beautiful Bill«, una legislación impulsada por la administración de Trump, y la consiguiente amenaza del magnate tecnológico de fundar un nuevo partido político en Estados Unidos
La reacción de Donald Trump no se hizo esperar, lanzando una contundente declaración contra Musk. El expresidente afirmó que
«Elon quizás reciba más subsidios que cualquier otro ser humano en la historia, por mucho, y sin subsidios, probablemente tendría que cerrar el negocio y regresar a Sudáfrica».
Esta declaración subraya la percepción de Trump sobre la dependencia de las empresas de Musk de ayudas estatales, una crítica que resuena con la retórica de su administración de priorizar la autosuficiencia económica. Las empresas de Musk, como Tesla y SpaceX, han recibido en el pasado diversos incentivos y créditos fiscales por parte de gobiernos para fomentar el desarrollo de tecnologías limpias y la exploración espacial, lo que ha sido un punto recurrente de debate.
La respuesta de Elon Musk no tardó en llegar. El CEO de Tesla y SpaceX replicó a Trump indicando que era «muy tentador escalar el conflicto». Esta declaración sugiere la posibilidad de que Musk intensifique su oposición política o tome medidas adicionales que podrían tener implicaciones en el panorama político estadounidense. La idea de Musk de crear un nuevo partido político, aunque no nueva, adquiere mayor relevancia en el contexto de esta confrontación directa con una figura de la envergadura de Donald Trump.
Analistas políticos señalan que esta disputa no es meramente personal, sino que podría reflejar tensiones más amplias entre ciertas facciones del espectro conservador y figuras prominentes del sector tecnológico. Mientras Trump ha basado su legado en una plataforma de «America First» con énfasis en industrias tradicionales, Musk representa una visión más futurista y global, a menudo ligada a la innovación y la sostenibilidad, aunque con una postura política fluctuante. El desarrollo de este conflicto será observado de cerca, dado el impacto que ambas personalidades tienen en la opinión pública y el potencial para influir en futuras dinámicas políticas en el país.
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