COLOMBIA, 25 DE JUNIO DE 2025. Un devastador alud, provocado por intensas lluvias en la madrugada del martes 24 de junio, ha golpeado los municipios de Bello y Medellín, en la región noroeste de Colombia. El deslizamiento de tierra y lodo proveniente de la quebrada La Negra, que desparramó sobre la zona conocida como Vereda Granizal tras 36 horas de lluvia continua, cubrió extensas zonas de urbanización, dejando un rastro de destrucción y tragedia. Hasta el momento, las autoridades regionales han confirmado la pérdida de al menos once vidas humanas, mientras que la angustia crece por las quince personas que continúan en calidad de desaparecidas.
La zona afectada presenta un panorama desolador: calles y casas sumergidas bajo una capa espesa de lodo y sedimento, vehículos sepultados y estructuras colapsadas. El paisaje urbano ha sido transformado en un lodazal, evidenciando la fuerza destructora del fenómeno natural.
Desde las primeras horas, equipos de rescate y cuadrillas de emergencia, incluyendo bomberos, defensa civil y personal de gestión del riesgo, trabajan incansablemente en la búsqueda de sobrevivientes entre los escombros. A ellos se han sumado numerosas cuadrillas civiles de voluntarios, vecinos y ciudadanos de municipios cercanos que, con palas y manos, colaboran en las labores de remoción de escombros y lodo, demostrando una admirable solidaridad.
La tragedia ha generado una ola de reacciones en el ámbito nacional. El Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, lamentó profundamente lo ocurrido, enfatizando la magnitud de la catástrofe y la necesidad de una respuesta coordinada. Organizaciones humanitarias y la ciudadanía en general han iniciado campañas de recolección de ayuda para los afectados, en un esfuerzo por mitigar el impacto de esta dolorosa tragedia ambiental.
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