Un niño de 13 años fue arrestado por las autoridades de California tras provocar un incendio forestal al detonar fuegos artificiales en una zona de vegetación seca en Laguna Beach, al sur del estado. El incidente, ocurrido el lunes, generó una rápida evacuación de aproximadamente 100 viviendas y obligó a desplegar helicópteros y brigadas terrestres para contener el fuego.
El incendio, bautizado como Rancho Fire, quemó al menos 1.6 hectáreas antes de ser controlado. Afortunadamente, no se reportaron daños estructurales ni víctimas. Sin embargo, el caso ha encendido un nuevo debate sobre las fallas estructurales en la prevención de riesgos, la crisis climática y la falta de protección social a la infancia en Estados Unidos.
El menor fue identificado gracias a imágenes de cámaras de seguridad, donde se le ve activando un artefacto pirotécnico y huyendo del lugar. Otros dos niños inicialmente detenidos fueron posteriormente liberados al ser considerados testigos. El adolescente fue acusado de incendio imprudencial en terreno forestal y entregado a sus padres después del interrogatorio.
Más allá del castigo individual: síntomas de una crisis estructural
El caso ha levantado múltiples voces críticas que señalan que culpar a un menor de edad no basta para explicar un incendio forestal. Activistas y académicos han subrayado que el uso libre de pirotecnia en zonas vulnerables, la falta de educación ambiental y la ausencia de espacios públicos seguros para la infancia son responsabilidad del Estado.
Además, este incendio ocurre en un contexto de temperaturas extremas y sequías prolongadas, producto del calentamiento global, fenómenos que multiplican la intensidad y frecuencia de los incendios en la región.
California: entre el abandono ecológico y la criminalización de la niñez
Mientras que las autoridades celebran la contención del incendio, el hecho de que un niño estuviera en posición de detonar fuegos artificiales en una zona de alto riesgo ha encendido alertas sobre el descuido institucional, el acceso desregulado a productos peligrosos, y el abandono educativo y comunitario de amplias capas juveniles.
El caso recuerda la necesidad de invertir en políticas de prevención ambiental, de prohibición efectiva del uso de pirotecnia, y de generar alternativas de ocio y convivencia para las infancias, especialmente en contextos de crisis ecológica.
Una temporada crítica de incendios en el estado
El Rancho Fire no ha sido el único incendio en la semana. El Madre Fire, activo desde el 2 de julio en el condado de San Luis Obispo, ha consumido más de 32 mil hectáreas hasta el 9 de julio y apenas ha sido contenido en un 60%. Las condiciones climáticas extremas hacen temer una temporada de incendios devastadora en el oeste de EE.UU.