Diez personas fueron detenidas tras un ataque armado contra un centro de detención de inmigrantes del ICE en Alvarado, Texas, en lo que autoridades describen como una emboscada planificada. Un policía resultó herido durante el tiroteo, ocurrido cuando el grupo agresor, vestido con ropa negra de estilo militar, provocó a las autoridades lanzando fuegos artificiales y causando daños materiales.
“Todo parecía estar diseñado para atraer al personal del ICE fuera de la instalación, y funcionó”, declaró Nancy Larson, fiscal del Distrito Norte de Texas. Dos agentes sin armas salieron a confrontar al grupo cuando, desde una zona boscosa, un agresor disparó contra un oficial local que fue herido en el cuello. Posteriormente fue dado de alta, informó la policía del condado de Johnson.
Tras operativos en la zona, se incautaron máscaras, armas, gafas tácticas, chalecos antibalas y pintura en aerosol, según detalló Larson, quien reiteró que la intención del ataque era asesinar a autoridades migratorias.
En paralelo, la política migratoria de EE.UU. continúa generando tensiones internacionales. El gobierno de El Salvador responsabilizó a Estados Unidos por la detención de 238 venezolanos y 23 salvadoreños expulsados en marzo por supuestos vínculos con pandillas. La denuncia se hizo ante representantes de la ONU.
Asimismo, once expertos de Naciones Unidas cuestionaron la reanudación de deportaciones a terceros países, entre ellos Sudán del Sur, un territorio devastado por la guerra. Los especialistas urgieron al gobierno estadounidense a cumplir con sus obligaciones internacionales y evitar el retorno forzado de personas a lugares donde su vida corre peligro.
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Fotografía: Delcia Lopez