«Caso Jeffrey Epstein» divide a Trump y su base más conservadora

El Wall Street Journal enfrenta amenazas legales tras publicar evidencia contra Trump

El presidente Donald Trump enfrenta una inusual ruptura con su base más leal, el movimiento MAGA, tras minimizar públicamente el escándalo relacionado con Jeffrey Epstein. Lo que durante años fue su mayor fortaleza —la conexión emocional con sus seguidores— parece estar mostrando señales de desgaste.

Trump, quien consolidó su liderazgo bajo la promesa de enfrentar a un supuesto “Estado profundo”, ahora es señalado por su propia base como parte de ese sistema que solía denunciar. Desde la utilización de agencias gubernamentales para perseguir enemigos hasta la negativa de transparentar información sobre figuras polémicas, su imagen ha pasado de revolucionario a encubridor.

Uno de los primeros en advertir esta contradicción fue el biógrafo Tim O’Brien, quien explicó que los seguidores de Trump comienzan a percibirlo como parte del poder que antes combatía, especialmente al proteger información sobre Epstein.

La molestia se intensificó cuando el presidente restó importancia a los archivos sobre el caso Epstein, indicando que no merecían atención. Esta postura desencadenó reacciones de decepción entre sus simpatizantes, que esperaban de él una postura firme frente a las élites. En Truth Social, algunas voces se manifestaron dolidas, sintiendo que Trump ahora prioriza protegerse a sí mismo por encima de las víctimas.

Una seguidora texana, identificada como Rosie, expresó su angustia frente a la idea de dejar en el olvido un tema tan delicado. Para muchos dentro de MAGA, la defensa de las víctimas era un principio esencial, y ven en el silencio del presidente una traición.

Asimismo, se ha señalado que excolaboradores cercanos como Stephen Miller, Kash Patel y Dan Bongino alimentaron teorías sobre Epstein con el aval de Trump, solo para ser desacreditados cuando el tema se volvió políticamente incómodo.

La tensión escaló cuando el Wall Street Journal publicó una historia sobre una carta y un dibujo que vincularían a Trump con Epstein en un contexto privado. El presidente rechazó rotundamente la autenticidad de esos documentos y anunció acciones legales contra el medio, intensificando aún más la controversia.

Intentando retomar el control del relato, Trump desvió la atención hacia sus rivales de siempre, culpando a figuras como Barack Obama y Hillary Clinton de haber fabricado los documentos. Sin embargo, su retórica ya no logra unir como antes, y las dudas crecen incluso entre sus seguidores más fieles.

Resulta llamativo que quien alguna vez prometió erradicar las estructuras del poder oculto, ahora sea visto por algunos como parte de ese mismo engranaje. Trump, líder indiscutido del movimiento MAGA, comienza a enfrentar el peso de una contradicción central: convertirse en lo que decía combatir.

Foto: Redes

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