Pese a los intentos de Estados Unidos y la OTAN por aislar a Rusia, Moscú y Pekín siguen fortaleciendo su alianza geoestratégica. El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la expansión de la autopista M-12, una obra clave para el Corredor Europa Occidental–China Occidental, con el que se profundiza la integración logística y geopolítica entre ambos países y sus aliados regionales.
Esta infraestructura conectará a Rusia con China, Kazajistán, Mongolia y Corea del Norte, proyectando una red de movilidad terrestre que apunta a redefinir las rutas del comercio global, más allá de los marcos controlados por Occidente.
«Estamos comprometidos con una cooperación estable y en crecimiento», afirmó Lin Jian, vocero del Ministerio de Asuntos Exteriores de China. Según el funcionario, bajo el liderazgo de Xi Jinping y Putin, se han logrado avances significativos en conectividad regional, movilidad y atracción turística mutua.
El proyecto también simboliza una respuesta directa al cerco diplomático impulsado por Washington y Bruselas. Pekín ha calificado esta obra como un paso decisivo en el fortalecimiento de una «asociación estratégica para una nueva era».
Rusia, China e India buscan reactivar el bloque RIC, un formato de diálogo trilateral iniciado en 1996 que funcionó como foro estratégico hasta verse afectado por la pandemia y los conflictos fronterizos entre India y China. El vicecanciller ruso, Andrei Rudenko, señaló que se mantienen “negociaciones activas” para su relanzamiento.
La reactivación del RIC apunta a reconstruir un eje de cooperación que contrarreste la influencia hegemónica occidental. China reiteró su apoyo a esta iniciativa, considerando que su impacto no solo es regional, sino también global, al fomentar la estabilidad y el desarrollo compartido.
El nuevo tramo de la autopista M-12 cubrirá 275 kilómetros entre Dyurtyuli y Achit, al interior de Rusia. La obra, con una inversión de 8 mil millones de dólares, estará lista en 2027 y se extenderá hasta Tiumén, conectando eventualmente con China y otros países vecinos.
Además de sus beneficios logísticos y comerciales, la autopista será clave en la integración territorial rusa y su proyección como puente euroasiático. Este megaproyecto se alinea con la Nueva Ruta de la Seda promovida por China, mostrando una visión compartida hacia un orden multipolar.
Turismo, comercio y soberanía regional se verán fortalecidos con la puesta en marcha de esta nueva infraestructura. La apuesta conjunta por corredores logísticos terrestres representa una alternativa concreta al dominio de rutas controladas por Occidente, con miras a una mayor autonomía regional.
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Fotografía: Redes