El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenó este lunes el arresto domiciliario del expresidente Jair Bolsonaro, tras considerar que incumplió las medidas cautelares impuestas en el marco de la investigación por su presunta participación en una conspiración para anular las elecciones de 2022.
La decisión fue tomada por el juez Alexandre de Moraes, quien argumentó que Bolsonaro vulneró las restricciones judiciales al utilizar las redes sociales de sus hijos, también políticos, para difundir mensajes prohibidos por la Justicia. “No cabe duda de que la medida cautelar impuesta a Jair Messias Bolsonaro no se cumplió”, sentenció Moraes en su fallo.
Como parte de las nuevas disposiciones, el exmandatario deberá portar un brazalete electrónico de localización, no podrá recibir visitas fuera de sus abogados y familiares cercanos, tiene prohibido comunicarse con diplomáticos y otros imputados —incluido su hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro—, y no podrá utilizar redes sociales ni salir de su residencia durante las noches y fines de semana.
Bolsonaro enfrenta un proceso judicial de alto perfil, impulsado por la Fiscalía General, que lo acusa de haber coordinado una maniobra institucional para revertir los resultados de los comicios presidenciales de 2022, en los que fue derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva. En marzo, un panel del STF decidió por unanimidad llevar el caso a juicio.
En territorio brasileño, miles de seguidores de Bolsonaro salieron a las calles en ciudades como São Paulo y Río de Janeiro, ondeando banderas brasileñas y estadounidenses y exigiendo una “amnistía total” para el exmandatario.
El juez Moraes afirmó que Jair Bolsonaro violó las restricciones judiciales impuestas, al participar por videollamada en una manifestación en Copacabana. Aunque el video fue eliminado tras ser publicado por su hijo, el senador Flávio Bolsonaro, los ministros de la Corte consideraron que su difusión representó una infracción. Moraes sostuvo que Bolsonaro actuó ilegalmente al generar deliberadamente material para incitar a sus seguidores contra el Supremo Tribunal Federal y obstaculizar la justicia, calificando su conducta como encubierta e ilícita.
El juicio continuará en las próximas semanas con nuevas audiencias previstas para agosto y septiembre. Pese a las presiones internas y externas, el STF ha asegurado que garantizará el debido proceso y no modificará el calendario judicial. Mientras tanto, Bolsonaro insiste en su inocencia, denuncia una persecución judicial y asegura que sus acciones fueron legítimas.
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