Crisis en Japón tras la renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba

La dimisión de Ishiba llega tras repetidas derrotas electorales y deja al PLD sin mayoría parlamentaria.

Tokio. — La política japonesa atraviesa un periodo de incertidumbre tras la renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba, anunciada este domingo, informó Reuters. Su salida se produce después de una serie de duras derrotas electorales que debilitaron al Partido Liberal Democrático (PLD), formación que ha gobernado Japón durante casi toda la posguerra.

Ishiba, quien llevaba menos de un año en el cargo, deja un escenario complejo: el PLD pierde control en ambas cámaras del parlamento y enfrenta el creciente descontento ciudadano por el alto costo de vida y el estancamiento económico. La última derrota, en las elecciones para la cámara alta en julio, aceleró las presiones internas para su dimisión.

Economía frágil y tensiones con Estados Unidos

Durante su breve mandato, Ishiba centró su agenda en cerrar un acuerdo comercial con Estados Unidos, que compromete inversiones japonesas por 550 mil millones de dólares a cambio de la reducción de aranceles impuesta por el presidente Donald Trump. El pacto, sin embargo, desató críticas por sus efectos negativos en sectores estratégicos como la industria automotriz y por ceder terreno en materia de soberanía económica.

Según Reuters, la incertidumbre política ya ha repercutido en los mercados: el yen japonés registró caídas históricas y los bonos del gobierno sufrieron ventas masivas durante la última semana.

Disputa por la sucesión

El PLD convocó a una elección extraordinaria para definir a su próximo líder. Entre los posibles sucesores destacan Sanae Takaichi, defensora de políticas fiscales expansivas y de un manejo más flexible de las tasas de interés, y Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura y figura emergente del partido.

Analistas citados por Kyodo advierten que, ante la falta de mayoría parlamentaria, el nuevo liderazgo podría convocar elecciones anticipadas para fortalecer su mandato. Sin embargo, un sondeo de la misma agencia indica que el 55 % de los japoneses rechaza esa opción.

Un tablero político en transformación

La renuncia de Ishiba ocurre en un contexto de fragmentación política. Mientras la oposición tradicional sigue debilitada, nuevas fuerzas de derecha radical, como el partido Sanseito, ganan terreno y colocan en el centro del debate temas antes marginales, como su postura antiinmigración.

Para Japón, la salida de Ishiba marca el fin anticipado de un liderazgo breve y abre un periodo decisivo. Los próximos meses serán clave para definir el rumbo económico del país y sus alianzas internacionales en medio de una economía frágil y un escenario político cada vez más polarizado.

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