Cuba denuncia maniobras de EE.UU. para influir en votación contra embargo en la ONU

La Asamblea General de la ONU votará la resolución cubana el 28 de octubre

Cuba se alista para presentar, una vez más, su resolución anual ante la Asamblea General de la ONU que exige el levantamiento del embargo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos. Esta votación, prevista para el 28 de octubre, representa un momento clave para la diplomacia cubana, que históricamente ha logrado un respaldo prácticamente unánime de la comunidad internacional.

Desde 1992, la resolución ha sido apoyada por la inmensa mayoría de los países miembros, y en ediciones recientes ha contado con hasta 187 votos a favor, con apenas dos naciones —Estados Unidos e Israel— manteniéndose en contra. A pesar de su carácter no vinculante, esta votación anual se ha convertido en un símbolo global del rechazo a las sanciones unilaterales que afectan directamente a la población cubana.

En la antesala de esta nueva votación, el gobierno cubano ha denunciado que Estados Unidos estaría ejerciendo presiones diplomáticas indebidas sobre países de América Latina y Europa, con el fin de restar apoyos a la resolución. Las autoridades cubanas aseguran contar con documentos oficiales que muestran cómo Washington habría amenazado con restricciones de visado, medidas arancelarias y represalias económicas a naciones que históricamente han votado a favor de Cuba.

Estas acciones, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, buscan desacreditar una resolución que refleja el consenso global contra una política anacrónica y ampliamente criticada por organismos internacionales, movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos.

La postura de Cuba ha encontrado un respaldo constante en el seno de la ONU, incluso por parte de aliados tradicionales de Estados Unidos. Para muchos países, el embargo constituye una violación del derecho internacional, un acto de coerción económica y un obstáculo al desarrollo de un país soberano.

Además del impacto económico, el embargo afecta sectores esenciales como la salud, la educación y la alimentación. En este contexto, la votación del 28 de octubre representa mucho más que un acto simbólico: es una reafirmación del rechazo mundial a una política que perjudica directamente al pueblo cubano.

La resolución cubana en la ONU no busca confrontación ideológica, sino el respeto a los principios de soberanía, autodeterminación y no injerencia. Para Cuba, el masivo respaldo internacional que recibe año tras año constituye una victoria diplomática y moral frente a una política hostil que ha sobrevivido a once administraciones estadounidenses.

Todo indica que, una vez más, la comunidad internacional se expresará de forma clara y contundente en favor del levantamiento del embargo. Para La Habana, el resultado será un nuevo mensaje de apoyo a su pueblo y de condena al uso de sanciones como herramienta política.

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