El gobierno de Cuba rechazó este lunes el despliegue de fuerzas militares de Estados Unidos en el Caribe, al que calificó de una maniobra sustentada en “falsos pretextos” y parte de la “corrupta agenda” del secretario de Estado, Marco Rubio.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció en su cuenta en X la presencia de tropas navales y aéreas estadounidenses en el sur del Caribe y exigió respeto a la región como “zona de paz”. Recordó que en 2014, los países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) firmaron una proclama en la que declararon a América Latina y el Caribe como un territorio libre de conflictos bélicos.
Medios estadounidenses revelaron la semana pasada que el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de al menos 4.000 agentes, en su mayoría infantes de Marina, así como barcos de guerra, aviones de reconocimiento P-8 Poseidon, destructores, un submarino nuclear y un buque con misiles, bajo el argumento de combatir a los cárteles latinoamericanos designados por Washington como “organizaciones terroristas globales”.
Sin embargo, La Habana considera que la operación busca aumentar la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, estrecho aliado político de Cuba. Washington acusa al mandatario venezolano de ser “uno de los narcotraficantes más grandes del mundo” y ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
El rechazo de Cuba se suma a las declaraciones del dirigente venezolano Diosdado Cabello, quien la semana pasada respondió a las acusaciones de Estados Unidos asegurando que “el único cártel de droga que opera a la luz de todo el mundo es la DEA”.
Con esta operación militar, la tensión entre Washington, La Habana y Caracas vuelve a escalar en una región que los países de la CELAC insisten en mantener al margen de confrontaciones armadas.
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