La renuncia de Andrey Yermak, jefe de la Oficina del presidente Volodímir Zelenski, profundizó la crisis política y anticorrupción que atraviesa Ucrania. Su salida se anunció este 28 de noviembre, horas después de que autoridades especializadas realizaran registros en su casa y oficina como parte de la Operación Midas.
En un mensaje difundido en redes sociales, Zelenski confirmó la dimisión y agradeció a Yermak por representar “de la mejor manera” la posición ucraniana en negociaciones internacionales. El gesto del mandatario no frenó el impacto político, pues Yermak era considerado su colaborador más cercano.
La Operación Midas, iniciada el 10 de noviembre, investiga una presunta red criminal dedicada a malversar y lavar cerca de 100 millones de dólares en el sector energético estatal. Las pesquisas apuntan a un esquema de cobro de comisiones ilegales del 10 al 15 por ciento a contratistas públicos.
Hasta ahora, siete personas han sido imputadas, entre ellas Timur Mindich, empresario señalado como la “billetera” de Zelenski y presunto arquitecto del esquema. Mindich abandonó Ucrania rumbo a Israel antes de ser detenido.
El escándalo ya provocó la destitución parlamentaria de los exministros de Justicia, Guerman Galúschenko, y de Energía, Svetlana Grinchuk. Organismos anticorrupción han documentado más de mil horas de grabaciones de audio y difundido imágenes de grandes cantidades de efectivo incautado durante los operativos.
Aunque las autoridades no mencionan directamente a Yermak en los audios, el diputado Yaroslav Zhelezniak insinuó que podría aparecer bajo el alias “Alí Babá”. Zelenski había protegido públicamente a su jefe de gabinete, incluso asignándole las negociaciones con Estados Unidos, lo que fue interpretado como un intento de mantenerlo lejos del escrutinio.
El presidente ucraniano informó que este sábado 29 de noviembre iniciará consultas para designar al sucesor de Andrey Yermak, en un contexto marcado por escándalos que golpean al círculo más cercano del mandatario.
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