La marina estadounidense ha reposicionado buques de guerra clave en el Golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz y el Golfo de Omán, según imágenes satelitales recientes. Esta maniobra ocurre en medio del incremento de las tensiones entre Israel e Irán, y representa una clara preparación para una posible escalada bélica.
El portaaviones USS Nimitz fue redirigido desde el Mar de China Meridional hacia la región, sumándose al USS Carl Vinson y su grupo de ataque. La medida fue ordenada por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, con el objetivo de «mantener nuestra postura defensiva y proteger al personal estadounidense», según declaró un funcionario del Pentágono a Newsweek.
Aviones cisterna y cazas estadounidenses han sido desplegados en puntos estratégicos de Europa y Medio Oriente, confirmó el medio Politico, citando a dos funcionarios de defensa. Las aeronaves patrullan el espacio aéreo como parte de las medidas preventivas para proteger instalaciones y tropas estadounidenses.
El presidente Donald Trump endureció su retórica contra Irán, señalando que su «paciencia se agota». Desde redes sociales, afirmó que EE.UU. mantiene «el control total de los cielos sobre Irán», una declaración que eleva la tensión diplomática y militar en la zona.
Durante el fin de semana, los destructores USS The Sullivans y USS Arleigh Burke interceptaron misiles iraníes dirigidos a Israel, según funcionarios estadounidenses. Estas acciones se enmarcan dentro de una estrategia de defensa, aunque también podrían allanar el camino para un involucramiento más directo.
En el mar Arábigo, el USS Carl Vinson continúa operaciones junto a cuatro buques adicionales, mientras que el USS Nimitz se prepara para asumir su lugar en la zona a finales de mes. La presencia naval también incluye unidades en el Mar Rojo, el Mediterráneo occidental y el Báltico.
Cerca de 40,000 tropas estadounidenses se encuentran actualmente desplegadas en Medio Oriente, una cifra que ha crecido desde octubre pasado debido a tensiones regionales y ataques en el Mar Rojo por parte de los hutíes respaldados por Irán.
Además, las fuerzas armadas estadounidenses han tomado medidas preventivas, como permitir la salida voluntaria de familiares de militares en ciertas bases. Sin embargo, hasta el momento, la evacuación ha sido mínima.
Aunque no se han reportado bombardeos ofensivos por parte de EE.UU., el Pentágono cuenta con la capacidad de lanzar ataques de gran escala, como el uso del GBU-57, una bomba penetradora de 13 toneladas diseñada para destruir instalaciones subterráneas como la planta iraní de Fordo. Este armamento solo puede ser transportado por el bombardero furtivo B-2, actualmente no desplegado en la región, aunque sí hay B-52 en la base de Diego García.
La creciente militarización de Medio Oriente por parte de Estados Unidos evidencia su papel como respaldo directo a Israel, mientras se mantiene al margen de una ofensiva formal contra Irán. Sin embargo, las declaraciones del presidente Trump y la presencia de armas estratégicas dejan abierta la puerta a una escalada de consecuencias impredecibles para la región.
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