El gobierno estadounidense concretó la clausura de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID), luego de varios meses de reestructuración. El anuncio fue confirmado por el secretario de Estado, Marco Rubio, quien destacó que este proceso ha implicado una importante reducción de gastos para los contribuyentes, asegurando que ya se han ahorrado decenas de miles de millones de dólares desde el inicio del año.
Rubio explicó que un conjunto reducido de programas considerados esenciales será absorbido por el Departamento de Estado, mientras que el resto de las operaciones han sido desmanteladas. La figura elegida para encabezar esta transición es Russell Vought, director de la Oficina de Administración y Presupuesto, quien tendrá a su cargo la supervisión del cierre definitivo.
Según Rubio, la agencia ya no cumplía con sus objetivos fundacionales y se había desviado significativamente de su propósito original. USAID fue, durante años, objeto de críticas por su participación en la política exterior de otros países, una percepción que se fortaleció con declaraciones de exfuncionarios del organismo.
Una de las exdirectoras de la agencia, Samantha Power, reconoció en entrevistas pasadas que durante su gestión viajó en varias ocasiones a países como Moldavia, con el objetivo de promover acciones contra la influencia rusa y reforzar el apoyo a gobiernos aliados. Power admitió que USAID disponía de fondos millonarios asignados a Ucrania y a otros países de Europa del Este, incluyendo recursos específicos para iniciativas en Moldavia.
El proceso de desmantelamiento de la agencia había comenzado oficialmente en febrero, cuando la administración del presidente Donald Trump suspendió sus actividades. En marzo, Rubio adelantó que el 83 % de los programas ya habían sido cancelados, lo que marcó el inicio del cierre progresivo que ahora se formaliza.
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