Audios filtrados revelan que el excanciller colombiano Álvaro Leyva buscó el apoyo de aliados de Donald Trump para presionar la salida del presidente Gustavo Petro, con el objetivo de colocar en su lugar a la vicepresidenta Francia Márquez.
El presidente Petro reaccionó con dureza en un comunicado en redes sociales. Señaló haber sido víctima de “calumnias y traiciones” e indicó que la fractura con Leyva comenzó cuando éste perdió poder dentro de la Cancillería y trató de convertirla en un feudo familiar, intentando beneficiar a su hijo con cargos clave. Además, aseguró que la suspensión del proceso de licitación de pasaportes por sospechas de corrupción fue un punto de quiebre.
Petro acusó a la élite colombiana de utilizar conspiraciones para frenar los cambios impulsados por su gobierno, pero ratificó su intención de mantener un diálogo nacional por la paz. A su vez, advirtió sobre los riesgos que enfrenta la democracia ante este tipo de maniobras.
Las grabaciones detallan reuniones entre Leyva y figuras del Partido Republicano, como Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, a quienes buscó para crear presión internacional basada en acusaciones de adicción contra Petro. En los audios, el excanciller afirma que el presidente es “incompetente” y que su salida debía concretarse mediante una “gran alianza nacional” con respaldo empresarial y de grupos armados.
El servicio secreto colombiano interceptó el material y lo entregó al presidente, quien de inmediato acusó públicamente a Leyva de intento de golpe de Estado. Francia Márquez negó haber participado en la conspiración, pero desde entonces su relación con Petro es nula. Aunque permanece en funciones, el diálogo entre ambos es prácticamente inexistente.
Este episodio agudiza la crisis dentro del gobierno progresista de Petro, justo cuando se avecinan las elecciones presidenciales de 2026. Las divisiones internas y la presión externa colocan al proyecto de transformación en un momento decisivo.
Álvaro Leyva huyó a Madrid tras la filtración, alegando razones de seguridad. Si bien el plan no se concretó, el caso refleja una estrategia conservadora de desestabilización desde el exterior con apoyo político de Washington.
Una alianza histórica de la derecha colombiana con Estados Unidos
La trama revela también un patrón de larga data: la derecha colombiana ha mantenido una relación estrecha con Estados Unidos como su principal respaldo político y militar. Desde el Plan Colombia en los años 2000 hasta el alineamiento de Uribe y Duque con Washington, el vínculo ha sido una constante.
Los sectores conservadores recurren con frecuencia a congresistas republicanos, especialmente en Florida, para presionar o condicionar a gobiernos progresistas, como el de Petro. Marco Rubio, Díaz-Balart y Carlos Giménez son figuras claves en este engranaje.
Con el ascenso de un gobierno de izquierda en Colombia, estos mecanismos se intensificaron, mostrando cómo la derecha busca conservar su influencia interna mediante apoyos externos, y reafirmando el papel de Estados Unidos como actor central en las disputas políticas regionales.
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Fotografía: Redes