Viola Ford Fletcher, conocida como Mother Fletcher, falleció a los 111 años. Fue la última voz más longeva de la masacre racial de Tulsa, un ataque que destruyó la comunidad afroamericana de Greenwood en 1921.
En su libro Don’t Let Them Bury My Story (2023), relató cómo las pesadillas de aquella noche nunca la abandonaron: “Imagine tener la misma horrible pesadilla cada noche durante 100 años”.
Su nieto, Ike Howard, recordó que partió con “una hermosa sonrisa” y destacó que “amaba la vida, amaba a la gente”.
A los 7 años, Fletcher presenció cómo 10 mil hombres blancos armados incendiaron y arrasaron Greenwood, dejando cerca de 300 personas asesinadas y más de 1,200 hogares destruidos. El Departamento de Justicia reconoció en 2025 que se trató de un ataque militar coordinado, con participación de autoridades locales y empresarios.

Cassandra P. Johnson Smith
“Todavía veo cuerpos negros en la calle, todavía huelo el humo y escucho los gritos”, declaró ante el Congreso en 2021, a cien años de la masacre.
En 2020, Fletcher y otros sobrevivientes demandaron a la ciudad de Tulsa por la complicidad oficial. Aunque la Suprema Corte de Oklahoma desechó el caso en 2024, la presión social llevó al alcalde Monroe Nichols IV a anunciar un fondo de 105 millones de dólares para las familias afectadas.
Aquella noche, Fletcher huyó con su familia en carreta bajo fuego cruzado. “El vecindario en el que me dormí era rico en cultura y comunidad. En pocas horas, todo desapareció”, recordó.

Corbis, Oklahoma Historical Society, Bettmann Archive
Con su muerte, solo queda una sobreviviente: Lessie Evelyn Benningfield Randle, también de 111 años. Al enterarse, envió un mensaje de amor y solidaridad.
Las redes sociales se llenaron de homenajes. La activista Bernice King escribió: “Te extrañaré, Mother Viola Fletcher. Tan triunfante, tan valiente, tan presente. Gracias”.
Tras más de un siglo de cargar con el trauma, Viola Fletcher finalmente descansa.
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Fotografía: Redes












