Barcelona fue testigo este sábado del inicio de una misión marítima sin precedentes, cuando una flotilla compuesta por 37 embarcaciones zarpó rumbo a Gaza con la intención de romper el bloqueo impuesto por Israel y establecer un corredor humanitario hacia el enclave palestino.
A bordo viajaban casi 400 personas procedentes de 44 países, entre ellas profesionales de distintos sectores como médicos, abogados, navegantes, defensores de derechos humanos y figuras públicas. La diversidad del grupo refleja el respaldo internacional a la causa palestina, y su objetivo común: visibilizar la crisis humanitaria en Gaza y denunciar la falta de acción de la comunidad internacional.
Una despedida masiva y simbólica
Miles de ciudadanos se concentraron en el puerto de Barcelona para despedir a la flotilla, ondeando banderas palestinas y coreando consignas como “Palestina libre”. La escena, cargada de emoción y simbolismo, demostró la solidaridad de una parte importante de la ciudadanía europea con el pueblo palestino.
Entre los participantes se encuentran seis mexicanos y personalidades reconocidas a nivel global, como la activista ambiental Greta Thunberg, el actor Liam Cunningham, el intérprete español Eduard Fernández, y la ex alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, quienes se han sumado para brindar mayor visibilidad a la iniciativa.
Riesgos latentes y antecedentes alarmantes
Aunque la misión fue definida por sus organizadores como “no violenta” y completamente legal, los riesgos que enfrenta no son menores. La posibilidad de una intervención militar por parte de Israel está presente, como ya ocurrió en misiones similares previas, donde embarcaciones fueron detenidas en aguas internacionales y sus tripulantes arrestados o incluso maltratados.
Uno de los casos más recordados es el de la embarcación Handala, interceptada en julio, y el del barco Madleen, abordado por fuerzas israelíes en junio, donde activistas como Greta Thunberg y el brasileño Thiago Ávila fueron detenidos. Este último incluso fue víctima de torturas, lo que provocó una protesta internacional.
Objetivo: abrir un corredor humanitario
Según explicaron los voceros de la flotilla, el propósito no se limita a llevar ayuda material, aunque cargan consigo alimentos básicos y medicinas. El verdadero objetivo es romper el silencio internacional frente a lo que definen como una política sistemática de represión y limpieza étnica contra el pueblo palestino.
Activistas como Greta Thunberg han criticado duramente el papel de los gobiernos occidentales, señalando que están fallando a la población palestina al normalizar una violencia que viola el derecho internacional. En esa misma línea, los organizadores recalcan que esta situación no es un desastre natural, sino el resultado de decisiones políticas que impiden el ingreso de ayuda esencial, incluso cuando se encuentra a pocos kilómetros del lugar.
Un viaje de varias etapas
La travesía, que durará entre dos y tres semanas, prevé hacer escalas en Túnez, Sicilia, Catania y Grecia, donde se sumarán nuevas embarcaciones a la flotilla. El plan, aunque ambicioso, busca ser un llamado de atención al mundo y reclamar el derecho de Gaza a recibir ayuda humanitaria sin restricciones.
Para los organizadores, la misión es un acto de responsabilidad internacional. Aunque no ignoran los peligros, consideran que ninguna amenaza es comparable con la situación que vive el pueblo palestino.
Foto: Redes