Miles de ciudadanos franceses salieron a las calles este miércoles para protestar contra los recortes presupuestarios de 2026, que incluyen la reducción de ayudas sociales, la congelación de prestaciones y la supresión de dos días festivos.
El movimiento, conocido como “Bloqueemos todo”, nació como una convocatoria espontánea en redes sociales, pero rápidamente recibió el respaldo de organizaciones de izquierda, incluyendo La Francia Insumisa (LFI) y ciertos sindicatos.
Desde primeras horas, autopistas y carreteras de ciudades como París, Lyon, Marsella y Rennes fueron bloqueadas, provocando enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
La protesta coincide con el estreno de Sébastien Lecornu como primer ministro, quien enfrenta su primera gran prueba de gestión en un contexto de alta tensión social y política, tras la caída de François Bayrou en la Asamblea Nacional.
El movimiento ciudadano recuerda a los “chalecos amarillos”, surgidos hace siete años por la oposición a impuestos sobre el combustible. Sin embargo, a diferencia de aquel colectivo heterogéneo, “Bloqueemos todo” se distingue por su perfil más homogéneo y de clara orientación izquierdista, con una base de militantes jóvenes comprometidos con la defensa de los servicios públicos y la justicia social.
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Fotografía: Redes