Informe del New York Times sobre amistad Trump-Epstein cimbra los cimientos de la Casa Blanca

Fiestas con mujeres adolescentes y vuelos en jet privado de Mar a Lago a Palm Beach, frecuentes entre 1990 y 2004

20 DE JULIO DE 2025. Una pieza periodística que pormenoriza factores que oscilan entre lo ominoso y lo criminal que brotaron de la amistad entre un empresario de bienes raíces y un magnate financiero, tratante de blancas y organizador de convites para la crema y nata de EE.UU., ahora señalado como posible agente de inteligencia para un país de Medio Oriente , fue el plato fuerte con que el New York Times cerró hace unas horas su edición sabatina. Con ello, añadió combustible a una conflagración mediática que la Casa Blanca no ha podido frenar con maniobras evasivas ante las preguntas directas de corresponsales, ni con purgas selectivas en el FBI y el Departamento de Justicia, ni con demandas contra medios de comunicación que eran considerados sus aliados y promotores.

La pieza “Fiestas, jóvenes y un jet privado: El vínculo entre Trump y Epstein desglosa casi tres lustros de francachelas y libertinaje comprendidos entre 1990 y 2004, cuando Donald Trump y Jeffrey Epstein compartieron un exclusivo círculo social en Palm Beach y Manhattan.

El reportaje describe cómo ambos hombres, conocidos por su ostentación y reputación como playboys, cultivaron una relación que produjo episodios públicos en los que en los pudieron configurarse figuras penales como la trata de personas y el estupro, por mencionar algunas, con el posible involucramiento del ahora titular del Ejecutivo Estadounidense.

Uno de los episodios más llamativos ocurrió en 1992, cuando Trump organizó una fiesta en Mar-a-Lago, con la presencia de modelos muchas de ellas menores de edad, prometiendo en las invitaciones la presencia de figuras “de alto perfil” en el ámbito del espectáculo y la industria, pero señalando el día de la fiesta a Epstein como único ejemplo de tal perfil. El organizador del encuentro, George Houraney, expresó su sorpresa por la limitada asistencia y recordó el ambiente cargado de jóvenes mujeres en busca de oportunidades.

Cámaras de NBC captaron a ambos interactuando, con Trump señalando a mujeres jóvenes y susurrando comentarios a Epstein, en escenas que, vistas retrospectivamente, levantan serias dudas sobre la naturaleza de las reuniones y las intenciones de ambos. Además, registros judiciales indican que Trump voló en el jet privado de Epstein al menos siete veces en los años noventa. El metraje fue desenterrado el viernes no por NBC, sino por la cadena independiente Meidas Network

El reportaje destaca que algunas mujeres, posteriormente identificadas como víctimas de Epstein, fueron reclutadas mientras trabajaban en entornos relacionados con Trump, como el spa de Mar-a-Lago. Ante las supuestas insinuaciones de Trump rayanas en el acoso, sobre una de las jóvenes modelos, el mismo Epstein tuvo que advertirle ella no es para ti» durante un encuentro en su oficina. Las acusaciones van desde observaciones incómodas hasta incidentes de conducta inapropiada.

La relación entre ambos se rompió poco antes del primer arresto de Epstein. Trump, tras el escándalo, intentó distanciarse, calificando públicamente a Epstein como un «tipo desagradable». Sin embargo, la naturaleza de su amistad y los reiterados episodios cuestionables continúan generando debate sobre el juicio y carácter del expresidente.

Este artículo se añade a la vorágine mediática que esta semana explotó en torno al factor Trump-Epstein, en la que volvió a cobrar fuerza el testimonio del biógrafo Michael Wolff, quien ostenta que Trump llegó a enseñarle fotografías Polaroid donde el ahora presidente aparecía con salpicaduras blanquecinas en los pantalones en la mansión de Palm Beach de Epstein, en compañía de muchachas de apariencia adolescente, en “topless”. Algunas mujeres que sobrevivieron las fiestas de Epstein donde estuvo Trump subrayaron esta semana la importancia de que el Departamento de Justicia publique los expedientes judiciales recopilados a largo de os años sobre el caso.

Por su parte, Ghislaine Maxwell, viuda de Jeffrey Epstein y condenada a 20 años de prisión por su rol en la red de trata de personas de su esposo, ofreció al Senado de Estados Unidos un testimonio abierto de primera mano; esto, en respuesta a declaraciones de Trump en el sentido de que la comisión de delitos de trata por parte de Epstein no eran más que rumores, declaración que Maxwell inmediatamente utilizó a su favor, dado que constituye una declaración presidencial que niega los delitos por los que ella fue condenada. La oferta de Maxwell detonó una votación a altas horas de la noche de la bancada republicana para bloquear preventivamente no solo el testimonio de Maxwell ante el Senado, sino la mera discusión abierta en el Senado sobre la viabilidad de aceptar la rendición del testimonio en su recinto legislativo.

Por su parte Donald Trump publicó ayer sábado19 de julio que había instruido al Departamento de Justicia a que liberara al acceso público todos los testimonios judiciales que tenga sobre el caso, no sin antes reprochar que “nada sería lo suficientemente correcto para los lunáticos de la extrema izquierda planteando la exigencia”. Sin embargo, existen razonables sospechas de que el dossier que termine liberando el Departamento sea expurgado de los documentos más incriminatorios.

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