En medio del frágil alto el fuego en la Franja de Gaza desde octubre, Israel devolvió este miércoles los cuerpos de 15 palestinos más, en otro intercambio humanitario mediado por el Comité Internacional de la Cruz Roja. La entrega se realizó tras la devolución, por parte de Hamás, del cadáver del soldado israelí-estadounidense Itay Chen, capturado y asesinado durante el ataque del 7 de octubre de 2023.
Con este nuevo intercambio, suman 285 los cuerpos de palestinos repatriados a Gaza desde que comenzó el acuerdo de tregua, aunque sólo 84 han podido ser identificados debido a la falta de material forense y al deterioro de los cadáveres. Funcionarios del Hospital Nasser, en Jan Yunis, denunciaron que muchos cuerpos llegaron con signos de tortura, lo que ha generado indignación entre las familias y organizaciones humanitarias.
El pacto, mediado por Estados Unidos y la ONU, establece que Israel devolverá 15 cuerpos palestinos por cada rehén o resto israelí entregado por Hamás, pero su implementación ha estado plagada de acusaciones mutuas de incumplimiento. Israel acusa al grupo islamista de “escenificar” algunos hallazgos o entregar restos incompletos, mientras que Hamás denuncia que el ejército israelí sigue abriendo fuego contra civiles y restringiendo la entrada de ayuda humanitaria pese al cese de hostilidades.
Aunque las cifras de víctimas han disminuido, el Ministerio de Salud de Gaza —dirigido por profesionales bajo la administración de Hamás— continúa registrando muertes por ataques esporádicos. Desde el inicio del conflicto, más de 68.800 palestinos han perdido la vida, frente a las 1.200 víctimas israelíes del ataque inicial. Israel, que rechaza las acusaciones de genocidio formuladas por organismos internacionales, disputa esas cifras sin ofrecer datos alternativos reales.
Mientras las negociaciones avanzan lentamente hacia una segunda fase del acuerdo, que prevé la creación de una fuerza internacional de estabilización, misma que la población gazatí sigue sumida en la precariedad: hospitales colapsados, ruinas aún humeantes y una reconstrucción difícil de iniciar.
“El alto el fuego puede haber detenido las bombas, pero no ha devuelto la vida”, lamenta un médico del Hospital Nasser, mientras examina los cuerpos recién devueltos. En Gaza, la tregua se siente más como una pausa en el sufrimiento que como el inicio de la paz.
Fotografía: Redes












