Human Rights Watch (HRW) denunció que las fuerzas israelíes habrían utilizado bombas GBU-39 de fabricación estadounidense en ataques contra escuelas que servían de refugio a personas desplazadas en Gaza, lo que calificó como “ilegales e indiscriminados”.
El informe documenta dos ataques mortales contra escuelas de la ONU en Deir al-Balah y la ciudad de Gaza, que dejaron al menos 49 víctimas, en su mayoría mujeres y niños. HRW no encontró evidencia de objetivos militares en la escuela de niñas Khadija (27 de julio) ni en la escuela Al-Zeitoun C (21 de septiembre de 2024), según imágenes satelitales, vídeos y testimonios.
Las autoridades israelíes no respondieron a la solicitud de HRW sobre los objetivos o precauciones tomadas. “Estos ataques contra escuelas que albergan familias desplazadas son una ventana a la masacre generalizada perpetrada en Gaza”, declaró Gerry Simpson, director asociado de HRW, quien pidió suspender el apoyo militar a Israel.
HRW advirtió que el suministro de armas por parte de Estados Unidos, utilizadas en ataques contra refugios, hace a Washington cómplice de su uso ilegal. La organización recordó que casi el 97% de las escuelas de Gaza han sido dañadas o destruidas desde octubre de 2023, según datos de la ONU.
Entre el 1 y el 10 de julio, las fuerzas israelíes habrían atacado al menos 10 escuelas-refugio, matando a 59 personas y desplazando nuevamente a decenas de familias. HRW también denunció el uso de ataques de “doble toque” contra equipos de rescate.
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Fotografía: Mahmoud Issa