La campaña de American Eagle con Sydney Sweeney desata una tormenta política: Trump la respalda y lanza ataques a figuras “woke”

La campaña generó un incremento del 20 % en el valor de las acciones

Una campaña de moda se ha convertido en un reflejo del clima político que atraviesa Estados Unidos. La nueva publicidad de American Eagle, protagonizada por la actriz Sydney Sweeney, ha generado un revuelo que va más allá del marketing, al tocar fibras sensibles en la cultura y la política del país. El anuncio, en el que la actriz juega con las palabras «genes» y «jeans», ha sido interpretado por algunos sectores como una insinuación ideológica con tintes supremacistas, mientras que para otros no es más que una estrategia publicitaria inocente.

El presidente Donald Trump no tardó en involucrarse, elogiando tanto a la actriz como al anuncio. Su respaldo fue particularmente entusiasta al conocerse que Sweeney está registrada como votante republicana en Florida, algo que, según medios internacionales como The Guardian, ocurrió en junio de 2024, poco después de que la actriz adquiriera una propiedad en los Cayos.

Trump celebró el éxito del comercial, destacando que los jeans se estaban vendiendo masivamente, y utilizó el momento para contraponer la campaña de American Eagle con otras marcas y figuras públicas que considera parte de la “cultura woke”. Mencionó de forma crítica a Jaguar, cuyo último anuncio calificó como fallido, y a Bud Lite, marca que ya ha sido blanco de críticas conservadoras tras campañas inclusivas en el pasado. También arremetió contra la cantante Taylor Swift, señalándola como un ejemplo de celebridad que, según él, ha perdido popularidad por su activismo progresista.

Este tipo de declaraciones refuerzan la percepción de que el caso de Sweeney trasciende la moda, tocando aspectos profundamente polarizantes de la vida estadounidense. Para Trump, la actriz encarna una imagen “tradicional” y republicana que contrasta con el perfil de otras celebridades del entretenimiento, a quienes acusa de estar desconectadas del “verdadero pueblo estadounidense”.

En cuanto al anuncio, la controversia surgió a partir de una escena donde Sweeney camina hacia una valla con su imagen y el eslogan “Sydney Sweeney tiene genes estupendos”, en el que la palabra “genes” es corregida por ella misma a “jeans”. Este recurso, que en otros contextos podría parecer inofensivo, fue interpretado por algunos usuarios como una alusión a conceptos relacionados con la eugenesia y la supremacía racial, especialmente por la combinación de la estética blanca y el juego semántico.

Desde la marca, American Eagle se deslindó de cualquier mensaje político, asegurando que el foco de la campaña es simplemente destacar sus jeans. Sin embargo, el impacto fue innegable: las acciones de la compañía subieron más del 20 % en medio de la discusión pública, un indicio del poder mediático de la polémica.

Expertos en cultura y moda señalan que el éxito viral de la campaña se debe, en parte, a que la marca logró insertarse en el discurso político y cultural actual, consciente o no de las implicaciones. La antropóloga Shalini Shankar opinó que el uso de un lenguaje tan cargado no es accidental, mientras que la historiadora Emma McClendon considera que el anuncio se apoya en los debates sobre identidad estadounidense para amplificar su efecto.

Por su parte, la escritora de moda Alyssa Vingan fue crítica del mensaje, al considerar que el anuncio recurre a estereotipos físicos y humor superficial, lo que lo vuelve insensible en un entorno cada vez más politizado.

Más allá de los jeans, la controversia deja ver cómo en Estados Unidos la moda, el entretenimiento y la política están profundamente entrelazados, y cómo una sola campaña puede volverse un catalizador de batallas ideológicas que involucran incluso a líderes nacionales.

Foto: Redes

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