Lula responde con firmeza al tarifazo de Trump y prepara recurso ante la OMC
Lula afirmó que su gobierno está abierto al diálogo y enfatizó que solo los brasileños y sus instituciones deciden el futuro del país
En un gesto que combina disposición al diálogo con firmeza soberana, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció que su gobierno responderá a la reciente imposición arancelaria del 50 % dictada por el presidente estadounidense Donald Trump sobre productos brasileños. El mandatario dejó claro que no aceptará medidas unilaterales sin consecuencias, aunque mantiene la puerta abierta a la diplomacia. Publicó Lula en su cuenta oficial de X:
“Actualmente trabajamos para proteger nuestra economía, nuestras empresas y nuestros trabajadores, y para responder a las medidas arancelarias del Gobierno estadounidense”.
Sempre estivemos abertos ao diálogo. Quem define os rumos do Brasil são os brasileiros e suas instituições. Neste momento, estamos trabalhando para proteger a nossa economia, as empresas e nossos trabalhadores, e dar as respostas às medidas tarifárias do governo norte-americano.
Pese al golpe económico que implican los aranceles, Lula reiteró que su administración “siempre ha estado abierta al diálogo” y subrayó que “los brasileños y sus instituciones son quienes determinan el futuro de Brasil”, en un claro mensaje de autonomía frente a las presiones externas.
La decisión de Trump ha sido considerada en Brasilia como un movimiento agresivo e injustificado. El ministro de Hacienda, Fernando Haddad, la calificó directamente como una “injusticia” y adelantó que el gobierno brasileño recurrirá tanto a mecanismos internos en Estados Unidos como a instancias multilaterales para revertirla.
En concreto, Brasil planea presentar una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), en una maniobra que busca no solo revertir el arancel, sino también evidenciar las disfunciones del sistema multilateral actual en la resolución de disputas comerciales.
Mientras tanto, Trump minimizó la posibilidad de un conflicto diplomático, asegurando que Lula “puede hablar conmigo en cualquier momento”, aunque no ofreció detalles sobre las razones del arancel ni sobre vías de resolución. Se limitó a criticar al gobierno brasileño con una vaga acusación: “La gente que dirige Brasil hizo lo incorrecto”.
Esta nueva escalada comercial entre dos de las principales economías del continente añade tensión a un ya complejo escenario global de fragmentación comercial, con tintes de proteccionismo renovado.