En declaraciones ofrecidas desde Ecuador, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dejó claro que Washington seguirá actuando de manera unilateral en América Latina y el Caribe bajo el pretexto de la “guerra contra el narcotráfico”.
“No me importa lo que diga la ONU. La ONU no sabe de lo que está hablando”, afirmó Rubio ante la prensa, mientras acusaba, sin pruebas, a Venezuela de ser un “importante origen” del narcotráfico en la región. Sus señalamientos se apoyan exclusivamente en procesos judiciales estadounidenses, como la acusación del Distrito Sur de Nueva York contra el presidente Nicolás Maduro.
Una política exterior de sumisión
Rubio explicó que la estrategia estadounidense divide a los gobiernos latinoamericanos entre “cooperativos” y “no cooperativos”. Con los primeros, sostuvo, “no hay necesidad” de medidas unilaterales porque colaboran activamente con Washington, incluso para “volarlos por los aires” si fuera necesario.
Detrás de esa narrativa, la política exterior de Estados Unidos reafirma un modelo de subordinación: la cooperación se traduce en aceptar sin cuestionamientos la agenda de Washington, mientras que el disenso coloca a los países en la mira de posibles operaciones armadas.
Intervencionismo disfrazado de lucha antidrogas
El discurso de Rubio revive la vieja doctrina intervencionista que Estados Unidos ha utilizado históricamente para justificar incursiones militares y operaciones encubiertas en la región. Experiencias como la invasión a Panamá en 1989 o el Plan Colombia muestran cómo, bajo el paraguas de la “seguridad” y el “combate al narcotráfico”, se han impuesto agendas que favorecen intereses geopolíticos más amplios.
Pese a la dureza de sus declaraciones, Rubio no presentó evidencia que respalde sus acusaciones más allá de expedientes judiciales norteamericanos. Su rechazo a los reportes de organismos multilaterales como la ONU ignora estudios basados en datos de gobiernos y agencias internacionales, compilados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Venezuela responde: “Lógica nazi y gangsteril”
El canciller venezolano Yván Gil rechazó enérgicamente las declaraciones de Rubio y defendió la efectividad de las políticas de su país en la lucha contra el narcotráfico.
“Las palabras del funcionario estadounidense son una manifestación de una lógica nazi y gangsteril”, señaló Gil, acusando a Rubio de crear “adversarios ficticios” para justificar fracasos propios.
El diplomático subrayó que Venezuela está “libre de cultivos ilícitos y combate contra el narcotráfico con eficacia ejemplar”. Añadió que la agresión “no es solo contra Venezuela, sino contra la verdad y la dignidad de los pueblos”, calificando a Rubio como un “político fracasado que se seca en el odio”.
La declaración de Gil culminó con una cita atribuida a Albert Einstein:
“Dos cosas son infinitas: la estupidez humana y el universo”.












