María Corina Machado insiste en un discurso confrontacional y llama a la Fuerza Armada a quebrar la institucionalidad

Machado juega peligrosamente con la idea de que una fuerza externa o un quiebre interno es la vía hacia el poder

En el marco del Día de la Independencia, la dirigente opositora María Corina Machado volvió a lanzar un mensaje cargado de retórica incendiaria, exhortando a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a actuar contra las instituciones del Estado, al margen de la legalidad constitucional y en nombre de una supuesta «liberación» del país.

Desde la clandestinidad y en abierta desobediencia a las normativas nacionales, Machado difundió un video en redes sociales donde insta a los militares a romper con el orden institucional, deslegitimando una vez más al Consejo Nacional Electoral y proclamando, sin pruebas reconocidas por organismos independientes, la victoria del candidato opositor Edmundo González Urrutia en las presidenciales del pasado 28 de julio.

La exdiputada, inhabilitada por sus vínculos con intentos de desestabilización, adopta ahora una narrativa de confrontación directa al exigir a los miembros de la FANB que se conviertan en actores políticos activos, incluso sugiriendo que quienes no acaten su llamado serían «cómplices de la violación de la Constitución». Una afirmación paradójica, considerando que ella misma alienta una ruptura del orden constitucional y desconoce los mecanismos legales del país.

Su llamado a la “resistencia” y a la “organización” dentro de los cuarteles no solo pone en riesgo la institucionalidad militar, históricamente no deliberante, sino que busca sembrar la división en uno de los pilares de la estabilidad nacional. Machado juega peligrosamente con la idea de que una fuerza externa o un quiebre interno es la vía hacia el poder, una estrategia que ya ha fracasado en el pasado y que desestima la voluntad democrática y pacífica de los venezolanos.

A pesar de autoproclamarse como voz legítima del cambio, Machado omite deliberadamente que su campaña ha estado marcada por el desconocimiento sistemático de las reglas del juego político, la descalificación de las instituciones y una narrativa que se aleja del consenso nacional.

Mientras el país enfrenta desafíos económicos y sociales de envergadura, lo que parece ofrecer Machado desde la clandestinidad es más confrontación, incertidumbre y polarización. El pueblo venezolano, cansado de los extremos, merece mucho más que llamados crípticos a la insurrección. Necesita soluciones, liderazgo responsable y un respeto claro por las normas democráticas.

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Foto: X

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