Miles de personas salieron a las calles de diversas ciudades de Brasil este domingo para expresar su rechazo a un proyecto de ley que, de aprobarse, podría reducir significativamente la condena del expresidente Jair Bolsonaro, sentenciado a 27 años de cárcel por intentar socavar el orden democrático.
Las manifestaciones, organizadas por movimientos sociales y agrupaciones de izquierda, se llevaron a cabo en ciudades como Brasilia, Río de Janeiro y São Paulo, y replicaron protestas previas contra la posible amnistía para Bolsonaro y otros condenados por golpismo.
El reconocido cantante Caetano Veloso encabezó un “evento musical de protesta” en la playa de Copacabana, retomando la estrategia de septiembre pasado que combinó música y reclamos ciudadanos. Entre los asistentes también estuvieron otras figuras destacadas de la música brasileña, como Gilberto Gil y Chico Buarque, generando un ambiente festivo pese al contexto político.
En Brasilia, los manifestantes se concentraron cerca del Museo Nacional y marcharon hacia el Congreso con pancartas que rechazaban la amnistía y señalaban a los legisladores como adversarios del pueblo. La profesora Thaís Nogueira explicó que las protestas buscan llamar la atención de los legisladores y hacer que reconsideren la iniciativa, ya que, según ella, muchas decisiones se toman sin consultar a la población.
El proyecto de ley, aprobado por la Cámara de Diputados con una amplia mayoría, modifica los criterios para calcular las penas por delitos contra el Estado democrático. Actualmente, el texto espera ser votado en el Senado el próximo miércoles, y de aprobarse, Bolsonaro podría optar a libertad condicional en poco más de dos años, advirtieron sus críticos.
La agrónoma Viviane Anjos manifestó su temor de que la aprobación de la ley socave el proceso legal en Brasil y ponga en riesgo la Constitución, señalando que liberar al expresidente tan pronto sería un grave retroceso institucional.
Bolsonaro, quien gobernó entre 2019 y 2022, fue declarado culpable de liderar un complot para impedir la asunción de Lula tras las elecciones de 2022, incluyendo planes de violencia contra el presidente, su vicepresidente y un juez del Tribunal Supremo. Actualmente se encuentra detenido en la Policía Federal de Brasilia, tras ser trasladado desde la detención domiciliaria por intentar destruir la tobillera electrónica que controlaba su ubicación.
En São Paulo, la avenida Paulista se llenó de manifestantes, acompañados de un muñeco gigante del expresidente y pancartas que rechazaban la amnistía. Los vendedores locales aprovecharon la ocasión para comercializar camisetas con mensajes críticos hacia la iniciativa legal.
El proyecto de reducción de pena volvió a surgir en medio de la estrategia política de Bolsonaro y su hijo Flávio, quien manifestó que podría considerar su candidatura a las elecciones de 2026 dependiendo de la concesión de una amnistía a su padre. Los manifestantes también aprovecharon para expresar su rechazo a la enmienda que limita los derechos territoriales indígenas, demostrando que la movilización tiene múltiples frentes de protesta.
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