Cientos de manifestantes salieron este sábado a las calles de Edimburgo y Aberdeen para repudiar la visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien se encuentra en Escocia en una gira privada centrada en el golf. La jornada estuvo marcada por consignas en su contra, mensajes de apoyo a Palestina y reclamos al gobierno británico por su cercanía con el magnate republicano.
Desde temprano, las inmediaciones del Consulado de Estados Unidos en la capital escocesa fueron ocupadas por protestas organizadas por la “Coalición para Detener a Trump”, integrada por activistas ambientalistas, defensores de la causa palestina, opositores a la guerra en Gaza y movimientos pro-Ucrania. Bajo una fuerte vigilancia, cientos de personas corearon “¡Trump fuera!” y mostraron carteles con lemas como “No alfombra roja para dictadores” y “Detengan a Trump. Migrantes bienvenidos”.
Entre los manifestantes destacaron ciudadanos comunes y figuras políticas locales. Maggie Chapman, parlamentaria escocesa, declaró en un acto en Aberdeen que la movilización era no solo contra Trump, sino “contra todo lo que él y su política representan”. En tanto, la activista Anita Bhadani calificó la protesta como “un carnaval de resistencia”.
El presidente estadounidense aterrizó la noche del viernes en el aeropuerto de Prestwick y se dirigió de inmediato a su campo de golf Trump Turnberry, en South Ayrshire, donde pasó el sábado jugando junto a su hijo Eric y el embajador de EE.UU. en el Reino Unido, Warren Stephens. Trump fue visto conduciendo su carrito de golf al ritmo de clásicos como “Bridge Over Troubled Water” de Simon & Garfunkel, mientras el perímetro del campo era resguardado por policía antiterrorista, francotiradores y agentes militares.
La seguridad fue extrema. La Policía de Escocia desplegó más de mil 500 agentes de apoyo provenientes de otras regiones del Reino Unido, lo que generó preocupación por el impacto en otras labores policiales del país. Las autoridades cerraron calles, bloquearon accesos al consulado estadounidense y reforzaron la vigilancia en torno a las propiedades del expresidente.
La visita de Trump ha generado una fuerte polémica local. Ciudadanos escoceses han criticado al primer ministro británico Keir Starmer por firmar recientemente un acuerdo comercial con Estados Unidos, el cual fue visto como una forma de “complacencia” hacia el republicano.
Pese a la tensión, Trump continúa con su agenda privada. Además de jugar golf en Turnberry, el presidente planea visitar su otro campo en Aberdeen, donde se inaugurará un nuevo recorrido. También se prevé que sostenga reuniones sobre comercio con el primer ministro escocés John Swinney y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Swinney, quien confirmó su encuentro con Trump, defendió el respaldo gubernamental a eventos deportivos como el Campeonato Nexo 2025 —que se celebrará en una propiedad del presidente— alegando beneficios turísticos y económicos para la región.
Aún así, la imagen del magnate estadounidense en Escocia está lejos de ser la de un visitante bienvenido.
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