Un exfuncionario del Departamento de Defensa de Estados Unidos, Eric Rosenbach, junto con el analista del Centro Belfer de la Universidad de Harvard, Chris Li, expresaron en un artículo de opinión publicado en The New York Times su preocupación por el deterioro de la comunicación militar entre Washington y Pekín, una situación que consideran potencialmente peligrosa para la estabilidad global.
Según ambos especialistas, los encuentros riesgosos entre aviones y buques de guerra de las dos potencias se han vuelto más frecuentes en el mar de la China Meridional y el estrecho de Taiwán, regiones que ya concentran tensiones políticas y militares. Estos incidentes, explican, podrían escalar rápidamente hacia un conflicto armado si no existen canales de comunicación directa y confiable en tiempo real para gestionar crisis inesperadas.
Aunque en el pasado existieron mecanismos limitados de contacto entre las fuerzas de ambos países, los expertos subrayan que nunca se han establecido sistemas de salvaguarda sólidos. La situación empeoró tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán en 2022 —la primera de una autoridad estadounidense de tan alto nivel en más de dos décadas—, que provocó que China suspendiera el diálogo militar con Estados Unidos. Las conversaciones se retomaron un año después, pero el intercambio sigue siendo débil y esporádico.
Rosenbach y Li consideran que las comunicaciones actuales se reducen a contactos telefónicos ocasionales entre altos mandos, lo que no garantiza una respuesta rápida ante una emergencia. Este panorama, advierten, aumenta la vulnerabilidad ante accidentes o malentendidos que podrían detonar una confrontación.
Ambos recuerdan un episodio ocurrido en 2001, cuando una colisión aérea entre aviones de ambos países casi deriva en una guerra. En aquel entonces, la diplomacia bilateral logró contener la crisis. Sin embargo, hoy el contexto es muy distinto: China posee una capacidad militar mucho mayor y las relaciones con Estados Unidos se encuentran en su punto más tenso en décadas, lo que hace incierto que un incidente similar pueda resolverse con la misma rapidez.
En conclusión, los analistas enfatizan que sin canales de comunicación militar efectivos y constantes, cada maniobra en el Pacífico puede transformarse en una chispa peligrosa que amenace la paz global.
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