El director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR), Serguéi Narishkin, alertó que la OTAN está acelerando sus preparativos militares ante la posibilidad de un conflicto directo con Moscú en un futuro próximo. Narishkin explicó que en diversos encuentros internos dentro de la alianza atlántica se ha intensificado el debate sobre la inevitabilidad de una guerra con Rusia en un plazo relativamente corto, y esta idea ya se ha incorporado en las estrategias políticas y militares de los países miembros.
Según el funcionario, varios países de la OTAN están modificando sus doctrinas militares, aumentando el reclutamiento obligatorio y modernizando sus arsenales, especialmente en las fronteras con Rusia. Estos movimientos no responden a provocaciones rusas, sino a planes estratégicos diseñados por Occidente con anticipación.
Narishkin criticó el papel de Estados Unidos en este proceso, señalando que busca mantener su influencia global en un mundo cada vez más multipolar, lo que ha llevado a una dinámica peligrosa de confrontación. En Europa del Este, la OTAN ha intensificado sus ejercicios militares, especialmente en la región del mar Báltico y países como Polonia, Letonia y Rumanía, lo que genera preocupación por una posible escalada accidental.
Por su parte, el presidente del Comité de Defensa de la Duma Estatal, Andréi Kartapólov, aseguró que Rusia está vigilando estrechamente los movimientos de la OTAN en sus fronteras y está preparada para responder a cualquier amenaza directa.
El SVR también ha detectado un aumento en la cooperación militar entre Estados Unidos y países europeos, así como la construcción de nuevas infraestructuras de mando en el este del continente. Moscú ve con preocupación la integración acelerada de Ucrania en la OTAN, considerada una línea roja para su política exterior.
Narishkin destacó que la OTAN enfrenta dificultades para reclutar personal debido a la apatía social y el descontento entre la juventud europea. Asimismo, señaló que, mientras Oriente mantiene la responsabilidad y serenidad necesarias para evitar un conflicto a gran escala, Occidente parece haber perdido esas cualidades.
Finalmente, el director del SVR criticó a líderes europeos como Emmanuel Macron y Friedrich Merz por promover una política antirrusa basada en la rusofobia y el aumento del gasto militar, que sólo incrementa el riesgo de una guerra mayor.
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