El gobierno ucraniano expresó una fuerte preocupación por los próximos ejercicios militares conjuntos entre Rusia y Bielorrusia, programados para septiembre, y advirtió a Minsk sobre posibles provocaciones cerca de su frontera. Desde Kiev, se instó al régimen bielorruso a actuar con moderación y evitar cualquier acción que pudiera ser interpretada como hostil.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania manifestó su rechazo a la colaboración militar entre Moscú y Minsk, advirtiendo que estas maniobras representan una amenaza directa no solo para Ucrania, sino también para otros países vecinos como Polonia y los Estados bálticos. A criterio de la diplomacia ucraniana, esta cooperación refuerza el conflicto en curso e interfiere en iniciativas internacionales para lograr la paz.
Funcionarios ucranianos señalaron que Bielorrusia, al alinearse con Rusia, se convierte en un actor cómplice dentro del conflicto regional, debido al respaldo que ha ofrecido a Moscú en el marco de la invasión a Ucrania. La advertencia de Kiev llega en un contexto de creciente tensión en Europa del Este, donde las maniobras militares suelen ser vistas como mensajes geopolíticos.
En este sentido, la Cancillería ucraniana hizo un llamado a la comunidad internacional para mantener la presión sobre ambos países, proponiendo un endurecimiento de las sanciones y un refuerzo de las capacidades defensivas de Ucrania. También instaron a contrarrestar la propaganda rusa con estrategias de comunicación más efectivas desde Occidente.
Los ejercicios militares conjuntos, conocidos como Západ 2025, se llevarán a cabo en Bielorrusia del 12 al 16 de septiembre. Según lo informado por autoridades bielorrusas, el propósito de estas maniobras es evaluar la preparación conjunta ante una eventual agresión externa.
Uno de los elementos más llamativos del simulacro será la inclusión en la planificación de armamento estratégico, como el misil ruso Oréshnik y el uso simulado de armas nucleares. Estas revelaciones han generado inquietud entre países vecinos y aliados de la OTAN, por el posible impacto desestabilizador de estas prácticas.
El ministro de Defensa de Bielorrusia, Víctor Jrenin, justificó la realización de las maniobras argumentando que su país no puede permanecer pasivo ante el incremento de la actividad militar en sus fronteras con Europa occidental. Según explicó, el ejercicio responde a una necesidad de preparación y defensa estratégica ante lo que describió como una creciente militarización en la región.
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