La mayor expansión migratoria en la historia de EE.UU.
El gobierno de Donald Trump avanza en la creación de lo que activistas y especialistas califican como un “ejército migratorio”. Con un presupuesto sin precedentes de 170 mil millones de dólares, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) busca contratar 10,000 nuevos agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y 3,000 de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) antes de que termine el año.
La meta oficial: 3,000 arrestos diarios relacionados con inmigración. Para alcanzarla, la administración flexibilizó drásticamente los requisitos de reclutamiento: se amplió la edad mínima a 18 años, se redujo la duración de la capacitación de 13 a 8 semanas y se ofrecen bonos de hasta 50,000 dólares además de pagos de préstamos estudiantiles por 60,000 dólares.
Abusos, corrupción y cultura de impunidad
Organizaciones de derechos humanos advierten que esta expansión acelerada podría profundizar problemas históricos de mala conducta y violencia dentro de ICE y CBP. Experiencias pasadas lo confirman: durante la expansión de agentes fronterizos entre 2005 y 2011, numerosos casos de corrupción, vínculos con cárteles, violaciones, asesinatos y secuestros salieron a la luz.
Además, grupos supremacistas blancos y extremistas violentos podrían infiltrarse en el reclutamiento, ya que los filtros y verificaciones se han reducido. Campañas de contratación del DHS con lemas como “Defiende tu cultura” y “Asegura la Edad de Oro” han sido criticadas por promover narrativas nacionalistas y excluyentes que normalizan la violencia contra comunidades migrantes.
Reducción de controles y debilitamiento de la supervisión
El DHS ha cerrado oficinas de control interno encargadas de supervisar la conducta de los agentes. A esto se suma que ICE y CBP reciben menos capacitación en áreas críticas: derechos humanos, control de multitudes, procedimientos legales y uso de la fuerza. Expertos advierten que esta combinación —más agentes, menos entrenamiento y menor supervisión— es una “receta para el desastre”.
La situación preocupa especialmente porque la administración Trump ha desplegado agentes de patrulla fronteriza en ciudades como Los Ángeles y Washington D.C., sin preparación para labores de seguridad civil, generando acusaciones de detenciones arbitrarias, discriminación racial y uso excesivo de la fuerza.
Impacto en comunidades migrantes
Defensores de derechos humanos denuncian que la estrategia busca intimidar y criminalizar a las comunidades migrantes, exacerbando la violencia y las violaciones a los derechos civiles. Las organizaciones advierten que la expansión masiva de ICE y CBP será difícil de revertir y tendrá consecuencias de largo plazo:
- Más deportaciones forzadas sin debido proceso.
- Más detenciones prolongadas y condiciones carcelarias inhumanas.
- Mayor riesgo de abusos físicos, sexuales y verbales por parte de agentes.
- Normalización del discurso antiinmigrante y debilitamiento del Estado de derecho.
Un modelo de control social con impacto regional
Analistas señalan que la ofensiva migratoria de Trump también podría tensar las relaciones con México y Centroamérica, al presionar a sus gobiernos para aceptar centros de retención, acuerdos de tercer país seguro y deportaciones masivas. En paralelo, se refuerza un modelo que prioriza la militarización sobre la cooperación regional en materia migratoria.
Fuentes: Associated Press, Politico, NBC News, Brennan Center for Justice, ACLU, Detention Watch Network.