El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció un nuevo arancel del 10 % dirigido a todas las naciones que respalden las políticas del bloque BRICS, en una medida que marca una escalada en su retórica contra la creciente influencia geopolítica del grupo.
El anuncio fue publicado en la red social Truth Social, donde el mandatario estadounidense dejó claro que no habrá excepciones para los países que, a su juicio, respalden posturas que vayan en contra de los intereses estadounidenses. Esta medida coincide con la celebración de la 17.ª cumbre del BRICS, que se llevó a cabo en Río de Janeiro.
Desde Rusia, la cumbre sirvió como plataforma para destacar la transición hacia un mundo multipolar. El presidente Vladímir Putin, quien intervino por videoconferencia, subrayó que el modelo internacional dominado por una sola potencia está siendo reemplazado por un sistema más equilibrado, que refleja la realidad actual de las relaciones globales.
En la misma línea, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, resaltó que esta transformación ya no es una opción, sino un hecho consolidado, dejando atrás el paradigma neoliberal que, según él, ha estado sustentado en prácticas de dominación económica.
Desde el Kremlin, el portavoz presidencial Dmitri Peskov respondió a las declaraciones de Trump señalando que el objetivo del BRICS no es confrontar a terceros, sino reunir países con intereses y perspectivas comunes. Recalcó que la esencia del bloque es la cooperación inclusiva, no la confrontación geopolítica.
Esta no es la primera vez que Trump utiliza la amenaza de aranceles como herramienta de presión internacional. En el pasado ya había advertido de la posibilidad de imponer tarifas de hasta un 100 % a los países del bloque si avanzaban con planes de desdolarización y la creación de una moneda propia.
Con estas nuevas medidas, Trump vuelve a tensionar las relaciones económicas internacionales en un contexto donde el BRICS avanza con iniciativas para reconfigurar el sistema financiero global.
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