Trump redobla acusaciones contra Obama y lo señala como ‘líder de un golpe de Estado’

El portavoz de Obama, Patrick Rodenbush, calificó los señalamientos de “ridículos” y los consideró un intento de desviar la atención del caso Epstein

En un nuevo giro incendiario en la política estadounidense, el presidente Donald Trump arremetió este martes contra Barack Obama, acusándolo de ser el “cabecilla” de una supuesta conspiración para socavar su presidencia y manipular las elecciones de 2016. Sin presentar pruebas verificables, Trump aseguró contar con “evidencia irrefutable” de que el expresidente demócrata lideró un “intento de golpe de Estado”:

“Barack Hussein Obama es el cabecilla. Hillary Clinton estaba con él, al igual que el dormilón Joe Biden, Comey, Clapper, todo el grupo. Intentaron amañar unas elecciones y fueron descubiertos. ¡Es hora de perseguirlos!”.

El mandatario sostuvo que la llamada “farsa de Rusia” —en alusión a las investigaciones sobre la injerencia rusa en los comicios de 2016— fue una operación fabricada por Obama y altos funcionarios de su administración, incluidos el exdirector del FBI, James Comey, y el exdirector de Inteligencia Nacional, James Clapper.

La nueva ofensiva retórica del presidente se apoya en un informe desclasificado por la actual directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, quien afirma que funcionarios de la era Obama manipularon información clasificada para iniciar la investigación sobre la supuesta intervención del Kremlin. Aunque el documento ha sido duramente cuestionado por expertos en seguridad nacional, Trump sostiene que se trata de una “conspiración traicionera” y del “crimen del siglo”.

Respuesta del entorno demócrata: “Una acusación ridícula”

El portavoz de Barack Obama, Patrick Rodenbush, calificó las acusaciones como “ridículas” y un intento desesperado de desviar la atención del presidente de “problemas más urgentes”, en clara alusión al escándalo Epstein y a los cuestionamientos a la transparencia en su administración. Sostuvo Rodenbush en un comunicado:

“Estas alegaciones son lo suficientemente indignantes como para merecer una respuesta. Es profundamente irresponsable usar el poder presidencial para difundir teorías de conspiración sin fundamento, y peor aún, atacar a un expresidente con fines políticos”.

El nuevo episodio reaviva las alarmas sobre la polarización extrema en Estados Unidos. Analistas políticos advierten que Trump está instrumentalizando las agencias de seguridad para perseguir adversarios y sembrar dudas sobre la legitimidad electoral, como ya lo hizo en 2020 al negarse a aceptar su derrota frente a Joe Biden. Advirtió el exfiscal federal Glenn Kirschner:

“El uso del aparato estatal para promover narrativas conspirativas es peligroso y corrosivo para la democracia” … “Estas acusaciones, sin pruebas verificables, podrían erosionar aún más la confianza en las instituciones y alentar acciones violentas por parte de sectores radicalizados”.

Camino a 2026 con el caos como bandera

Con la mira puesta en las elecciones legislativas intermedias de 2026, Trump parece decidido a movilizar a su base MAGA apelando al miedo, la revancha y el enfrentamiento con sus viejos rivales. A medida que nuevas tensiones se acumulan, la política estadounidense se adentra en un territorio cada vez más volátil y peligroso.

Lo que hasta hace pocos años habría sido impensable —un presidente acusando abiertamente a otro de sedición— hoy se convierte en parte de la normalidad alterada de la era Trump. Y con cada nuevo episodio, el tejido institucional de Estados Unidos se resiente.

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Foto: X

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