Trump y Hegseth redefinen al Pentágono bajo una nueva consigna militar: prepararse para la guerra

Se elimina el enfoque en justicia social, identidad de género y cambio climático dentro del Ejército

Con un giro radical en su política de defensa, el gobierno de Donald Trump ha oficializado la transformación del antiguo Departamento de Defensa en el revitalizado Departamento de Guerra, encabezado por Pete Hegseth. Durante una reunión con la cúpula militar en la base del Cuerpo de Marines en Quantico, Virginia, el secretario anunció que la única misión del organismo será prepararse para el conflicto armado y asegurar la victoria en caso de guerra.

En su intervención, Hegseth remarcó que la prioridad absoluta será la preparación militar sin descanso, señalando que la era de contención estratégica ha llegado a su fin. El enfoque actual busca reinstaurar una doctrina de disuasión activa, basada en la idea de que la mejor manera de preservar la paz es estar plenamente listos para enfrentar la guerra. Este planteamiento retoma principios históricos atribuidos a los orígenes del propio Departamento.

Cambio de enfoque: más tropas, menos inclusión

El secretario también presentó una serie de medidas internas que han generado fuertes reacciones, incluyendo la reducción del número de generales, el despido de altos mandos y el desmantelamiento de políticas enfocadas en diversidad, equidad e inclusión (DEI) dentro de las Fuerzas Armadas.

Hegseth expresó que las iniciativas relacionadas con identidad de género, justicia social o cambio climático serán eliminadas por considerarse distracciones ideológicas que, según él, debilitan la eficacia del aparato militar. En su visión, estas políticas han generado fragmentación y desviaciones del verdadero objetivo del Ejército: la superioridad bélica.

Escenario tenso en medio del despliegue y crisis interna

Este anuncio se produce en un contexto delicado: Estados Unidos ha incrementado significativamente su presencia militar en el Caribe, con un despliegue de marines que no se veía en estas dimensiones desde hace casi cuarenta años. Paralelamente, el país se aproxima a un posible cierre gubernamental, lo que añade incertidumbre a la escena política y militar.

La convocatoria de más de un centenar de altos mandos —provenientes incluso de zonas de conflicto en Medio Oriente— ha despertado interrogantes sobre la magnitud y objetivos reales de este cambio estratégico. Mientras algunos sectores lo interpretan como una demostración de fuerza, otros lo ven como una señal preocupante de militarización ideológica.

En palabras del presidente Trump, la reunión sería “agradable” y tendría como fin destacar los logros en materia militar. Sin embargo, los anuncios de Hegseth dejan claro que la Casa Blanca ha optado por una línea mucho más agresiva, tanto en términos operativos como discursivos.

Foto: Redes

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