El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se mostró receptivo ante la propuesta del mandatario ruso Vladímir Putin sobre extender el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III). Durante un encuentro con la prensa en los jardines de la Casa Blanca, el presidente estadounidense valoró como positiva la iniciativa rusa, dejando entrever su disposición a considerar un acuerdo de extensión mutua.
Por su parte, Putin planteó públicamente la posibilidad de mantener vigente el acuerdo por un año más, siempre y cuando Estados Unidos adopte una postura similar. Esta propuesta fue realizada en el marco de una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, donde el líder ruso subrayó la importancia que este tratado ha tenido para el equilibrio internacional en materia de armas nucleares.
Putin destacó que el acuerdo ha sido fundamental durante casi 15 años para preservar la estabilidad estratégica y fomentar la previsibilidad entre las dos principales potencias nucleares. Desde su perspectiva, abandonar por completo el legado de este tratado implicaría un grave error, con consecuencias negativas tanto para la seguridad global como para los objetivos del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares.
El START III, firmado en 2010 y prorrogado en 2021 por cinco años, establece límites claros para el arsenal nuclear de Rusia y Estados Unidos. Ambas naciones acordaron reducir sus fuerzas nucleares a un máximo de 700 vehículos de lanzamiento, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzadores desplegados y no desplegados.
Sin embargo, en febrero de 2023, Moscú suspendió su participación en el tratado, argumentando que Washington había socavado los pilares legales del acuerdo al permitir que la infraestructura militar de la OTAN se utilizara contra los intereses rusos.
Pese a esa suspensión, el gobierno ruso ha reiterado en múltiples ocasiones su voluntad de seguir respetando las limitaciones impuestas por el acuerdo, siempre y cuando se mantenga dentro del periodo de vigencia oficial, que concluye en febrero de 2026.
Aunque las tensiones entre ambos países han ido en aumento en los últimos años, la coincidencia en torno a la posible prórroga del START III podría abrir un canal de diálogo. La disposición de ambas partes a reconsiderar la extensión del tratado puede ser interpretada como un gesto de pragmatismo en medio de un escenario geopolítico tenso.
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