19 DE AGOSTO DE 2025. España enfrenta uno de los veranos más devastadores en materia de incendios forestales de su historia. Al cierre de esta nota, alrededor de 40 incendios activos siguen azotando diversas regiones del país, con una superficie afectada que supera las 382 mil hectáreas, según datos provisionales del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Este año podría convertirse en el peor en términos de superficie quemada desde que se tienen registros. Las zonas especialmente afectadas incluyen Galicia, Castilla y León, Extremadura, así como focos en comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Asturias y Madrid.
Ante esta grave situación, España ha recibido el mayor contingente de apoyo internacional en combate contra incendios en su historia reciente. Gracias al Mecanismo Europeo de Protección Civil, la ayuda llega desde varios países vecinos y colaboradores de la Unión Europea.
Francia ha enviado dos aviones Canadá y un centenar de bomberos forestales, activos en Galicia, León y Ourense. Italia aporta dos aeronaves con gran capacidad desde Salamanca, mientras que Países Bajos despliega dos helicópteros Chinook desde León. También Eslovaquia, República Checa, Alemania y Finlandia contribuyen con helicópteros, bomberos y vehículos especializados, con despliegues en zonas críticas como Cáceres, Galicia y Castilla y León.
El origen de los incendios se atribuye principalmente a las condiciones climáticas extremas vividas entre julio y agosto de 2025. Una intensa ola de calor con temperaturas históricas, la baja humedad y fuertes rachas de viento, combinadas con la abundancia de vegetación seca por falta de una gestión forestal adecuada, crearon condiciones propicias para la rápida expansión del fuego. Según la Agencia Estatal de Meteorología, la llamada “regla del 30» (menos del 30% de humedad atmosférica y más de 30 grados de temperatura ambiental potencian la proliferación de incendios) ha sido persistente en el norte y oeste, facilitando la voracidad y velocidad de los incendios.
Mandatarios españoles, como el presidente Pedro Sánchez, han expresado su grave preocupación y agradecimiento por la ayuda internacional, reconociendo la situación como una emergencia climática sin precedentes. Sánchez ha advertido que “quedan horas difíciles” y ha hecho un llamado a la unidad para enfrentar lo que calificó como un desafío complejo que evidencia la necesidad de un pacto de estado contra la emergencia climática. Expertos y ambientalistas han insistido en la urgencia de un mayor enfoque en la prevención, la gestión del territorio y la inversión en medios que permitan evitar futuros desastres de este tipo.
La situación sigue siendo crítica pero la llegada masiva de apoyo internacional y el descenso reciente de las temperaturas y el viento empiezan a dar esperanzas para que los equipos de emergencias logren controlar y extinguir los focos en las próximas semanas, evitando mayores daños a ecosistemas y comunidades humanas.
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