La contaminación del río Atoyac, que atraviesa el estado de Puebla, ha alcanzado niveles críticos debido a las descargas industriales ilegales, lo que ha incrementado la incidencia de 587 enfermedades no transmisibles distribuidas en 13 grupos distintos.
La especialista Gabriela Pérez Castresana, investigadora de la Universidad Iberoamericana, explicó que estas enfermedades representan un porcentaje elevado de las muertes en la cuenca del Atoyac, y que muchas de ellas podrían haberse evitado con medidas de prevención y control de la contaminación.
Durante el IV Congreso «La Gestión Integral del Agua en Puebla», Pérez Castresana detalló que en nueve de los 13 grupos de enfermedades, la mortalidad se ha duplicado en los últimos años, afectando principalmente el sistema circulatorio, el metabolismo y aumentando diversos tipos de cáncer.
La académica también señaló que en las comunidades cercanas al río se ha detectado un incremento de malformaciones congénitas, leucemia linfoblástica y enfermedad renal crónica, lo que ha generado alarma entre la población. Las zonas con mayor riesgo registran índices de hasta 19 % en malformaciones congénitas y 15 % en leucemia linfoblástica.
Pérez Castresana atribuyó estas condiciones a los altos niveles de químicos presentes en el río, así como a la contaminación del aire y el uso de agroquímicos en la región.
Un informe reciente del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) sobre la Cuenca del Río Atoyac (Tlaxcala-Puebla) confirma que el afluente contiene metales pesados como cromo, cadmio y mercurio.
El reporte indica que más de 8 mil empresas vierten aguas residuales sin tratamiento, afectando severamente la salud de las comunidades de la cuenca. En Puebla, estas prácticas impactan a municipios como Amozoc, Cuautlancingo, Puebla capital, San Andrés Cholula, San Martín Texmelucan y Tlahuapan, que representan el 42 % de la contaminación total de la región.
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