En los últimos ocho años, Puebla ha generado más de 339 mil toneladas de residuos peligrosos manejados de forma irregular, un fenómeno que incluye desde baterías y lodos industriales hasta agua contaminada con combustibles. La acumulación, esparcida principalmente en suelos y barrancas, ha encendido alertas por el impacto directo que puede tener en la salud de miles de habitantes.
Información consultada en la Plataforma Nacional de Datos Abiertos muestra que la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) ha documentado más de seis mil reportes por manejo indebido de desechos en el país, y de ellos, 232 corresponden exclusivamente a Puebla. Según la dependencia, esta cifra revela una tendencia que requiere atención urgente.
Los registros señalan que los municipios con mayor incidencia son Puebla capital, San Andrés Cholula, Rafael Lara Grajales, Coronango, Huejotzingo y Tlaltenango, donde se han identificado múltiples tiraderos clandestinos. Autoridades ambientales explican que en estas zonas se encuentran materiales impregnados con pinturas, aceites o hidrocarburos, además de plásticos, cartón y estopas contaminadas. En palabras de especialistas, esta combinación convierte a estas áreas en puntos críticos de riesgo ambiental.
Además, se han detectado otros desechos de alto riesgo, como lubricantes usados, lámparas fluorescentes, baterías, combustibles caducados, lodos aceitosos y residuos de pintura, elementos que requieren un manejo especializado debido a su capacidad de contaminar agua, suelo y aire.
A nivel nacional, entidades como Estado de México, Baja California, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Oaxaca figuran entre las más afectadas por la acumulación de desechos peligrosos al aire libre. Funcionarios consultados señalan que esta problemática no es exclusiva de Puebla, pero sí destaca por la cantidad de reportes acumulados.
Expertos en salud ambiental advierten que las personas que transitan diariamente por estos tiraderos clandestinos pueden desarrollar enfermedades respiratorias o padecimientos asociados a la exposición prolongada a sustancias químicas. Explican que los riesgos se multiplican cuando estos desechos quedan expuestos a la intemperie.
Las autoridades ambientales señalaron que muchas de estas prácticas irregulares ocurren durante la noche, con el objetivo de evadir sanciones. Esto complica las labores de vigilancia y dificulta la identificación de los responsables. Funcionarios consultados insisten en que se trata de una situación urgente que requiere acciones inmediatas y castigos más severos para frenar el crecimiento de estos focos de contaminación.
Foto: Redes












